El pasado sábado, un grupo de pasajeros fueron expulsados de un vuelo de la compañía Vueling con origen en Barcelona y destino Dakar, debido a una reiterada protesta ante la expulsión de España de un ciudadano senegalés que había intentado entrar previamente al país sin permiso de residencia. El deportado, escoltado por la policía y esposado vio como una treintena de pasajeros se levantaron de su sitio para protestar por su situación. Ante semejante escena, la compañía aérea tomó la decisión de bajar a todos los pasajeros hasta que se personó la Guardia Civil, la cual identificó a 11 personas a las cuales se le denegaron un futuro embarque acusados de violar la Ley 21/2013 de seguridad aérea.

El aparato, cuya hora de salida eran las 16:30 finalmente despegaría a las 19:00, con el inmigrante sin papeles a bordo y sin varios de los intigadores del motín en favor del deportado. La compañía ha decidido denunciar a quienes protestaron acusándolos de "generar peligro para volar". Esta acusación podría acarrear multas que podría ir entre 60 y 225.000 euros dependiendo la gravedad.