El padre del Psicoanálisis, Sigmund Freud, demostró al mundo a través de su teoría, cómo la sexualidad es uno de los ítems importantes de todo ser social.

Sin embargo, no siempre fueron bien aceptadas sus ideas sobre la sexualidad, sino más bien cuestionadas, ya que para la época, era una manera de romper preceptos establecidos desde mucho tiempo atrás.

Precisamente, con la idea de que la homosexualidad no es una enfermedad sino una preferencia, ya que en ningún caso la genitalidad determina la sexualidad de una persona, se rompió con una infinidad de preceptos que ataban a las personas a comportarse de una manera determinada, a pesar de que no sea compatible con su deseo o bienestar.

Por su parte, la iglesia católica tenía una idea cerrada acerca de lo que era la familia y cómo debía el individuo vivir en sociedad. De este modo, veía con malos ojos a quienes elegían para su vida una manera distinta a la impuesta socialmente. Elegir una pareja de su mismo sexo, decidir tener un hijo sin que la mujer se case en primera instancia, etc.

De este modo, la sexualidad siempre fue cuestionada de una u otra manera, coaccionando la felicidad de personas que por ser homosexuales se sentían deprimidas, pues se les había impuesto la idea de que eran insanas.

En la actualidad, existen miles de conceptos para definir la sexualidad de una persona como heterosexual, homosexual, transexual y todavía siguen surgiendo muchos otros conceptos para tratar de definirla. Respetar la sexualidad del prójimo es esencial para una vida en completo bienestar y desarrollo social.

De este modo, las nuevas generaciones deberán ser criadas en el amor y la libertad, para que construyan una identidad sexual desprejuiciada y sobre todo sin violencia. De este modo, mantener preceptos claros acerca de la sexualidad humana ayudará a quienes estén en conflicto con su condición sexual, para que se puedan expresar y finalmente vivir una vida sexual sin culpas y totalmente desprejuiciada.  

De este modo, muchas enfermedades como la eyaculación precoz, la disfunción eréctil o la depresión, encontrarían cuál es la verdadera causa que las provoca.

Solamente de este modo, se construirá una sociedad más evolucionada que priorice un estado de salud óptimo de cada uno de sus individuos, mucho más libre y con menos violencia. Pues la sexualidad por mucho tiempo fue utilizada como una excusa para la discriminación y violencia desmedida, hacia quienes decidían tener una pareja de su mismo sexo.