Muchas veces se ha calificado al papa Francisco de un renovador, un hombre progresista que iba a ‘levantar las alfombras’ del Vaticano y hacer dar un salto a la Iglesia Católica hacia la modernidad. Pero, tras estos titulares, hay que fijarse en los detalles.

Esta semana se conocía una carta enviada desde el Vaticano, fechada el 15 de junio, a todos los obispos en la que se buscaba aclarar algunas cuestione sobre “sobre el pan y el vino para la Eucaristía”. En ella se incluía una norma limitación que ha llamado la atención e indignado a un sector de la sociedad que hasta hace poco casi ni se reconocía: los celiacos.

La misiva del papa Francisco a sus sacerdotes recoge que el pan utilizado en misa “debe ser ázimo, de sólo trigo y hecho recientemente” y prohíbe “el pan elaborado con otras sustancias, aunque sean cereales, ni aquel que lleva mezcla de una sustancia diversa del trigo, en tal cantidad que, según la valoración común, no se puede llamar pan de trigo. Es un abuso grave introducir, en la fabricación del pan para la Eucaristía, otras sustancias como frutas, azúcar o miel”.

La carta firmada por el prefecto Robert Card. Sarah hace referencia directa a “las hostias sin nada de gluten”, calificándolas de “materia inválida para la Eucaristía” aunque, en una compensación a los celiacos, recoge que “son materia válida las hostias con la mínima cantidad de gluten necesaria para obtener la panificación sin añadir sustancias extrañas ni recurrir a procedimientos que desnaturalicen el pan”.

La polémica por esta limitación de la Iglesia Católica con respecto a la composición de las formas para consagrar viene de lejos, pero ahora con esta carta ha vuelto a levantarse. Ya en 2003, cuando esta enfermedad aún no era muy visible, un sacerdote impidió a una niña tomar la primera comunión con una hostia de maíz, cumpliendo lo que mandaba la Conferencia Episcopal tal y como recogió el diario El País. Y así otros casos más que han salido a la luz estos años.

Explicación de la Conferencia Episcopal

Más de una década después, el órgano que rige a los obispos y sacerdotes en España ha vuelto a pronunciarse, ante la misiva del Vaticano. Esta vez de forma más moderna, con un vídeo, en el que explican las dos formas que la Iglesia tiene para tratar con los celiacos. Como se ha explicado, una es con formas con la cantidad mínima de gluten y otra, para las personas que tienen una intolerancia total a este compuesto presente en el trigo, mediante la comunión sólo con la sangre de Cristo, es decir, el vino.

Consultado por ELPLURAL.COM, un sacerdote español ha explicado que en su parroquia hay varias personas intolerantes al gluten de nivel alto, que llevan utilizando estas formas con la mínima cantidad de gluten para ellas y que nunca ha tenido ningún problema, así como sus compañeros de diócesis, ni mucho menos en casos de primera comunión. Este párroco ha defendido que la carta del Vaticano “se ha sacado de contexto” y se ha querido generar una polémica donde no la había.

Otra variante sobre este debate que se debe tener en cuenta es la de las diócesis de la Iglesia Católica en países de Centroamérica donde el trigo es un cereal escaso y se ha venido utilizando maíz para las hostias. Similar caso ocurre en Asia, donde el cereal mayoritario es el arroz.