Existen numerosas formas de plasmar una crítica sobre un tema. Gracias a la repercusión de un mensaje publicado en redes uno tiene la posibilidad de llevar a millones de personas una reflexión. El caso de Enedina Vance y el falso piercing de su bebé es un claro ejemplo de lo anteriormente citado.

Todo comienza por una publicación en el Facebook de Enedina. Junto a una foto de su hija con un piercing en la mejilla, escribió el siguiente texto. !¡Así que llevé a mi hija a que le perforaran la mejilla! Se mira muy linda, ¿verdad? ¡Simplemente sé que ella lo amará! Ella me lo agradecerá cuando sea mayor jajaja, si ella decide que no le gusta, simplemente puede quitarse, no hay problema. ¡Yo soy la madre, ella es MI HIJA, yo haré lo que yo quiera! Yo tomaré todas sus decisiones hasta que ella cumpla 18 años, ¡yo la hice, yo soy su dueña! No necesito el permiso de nadie, creo que es mejor, más linda y la prefiero con su mejilla perforada. ¡NO es abuso! Si así lo fuera sería ilegal, pero no lo es. La gente le hace perforaciones a sus bebés todos los días y esto no es diferente. ¡MI BEBÉ, MI DECISIÓN! ¡DECISIÓN DE LOS PADRES, DERECHOS DE LOS PADRES! No juzguen mi maternidad, todos criamos a nuestros hijos diferente, ¡de cualquier manera no es asunto suyo!". Ya estaba lanzado el anzuelo y los usuarios de la red social no tardaron en picar.

Muchos mensajes de odio incluso amenzas de muerte. Otros optaban por que la custodia de su hija le fuera retirada. Nada más lejos de la realidad ya que Enedina se estaba saliendo con la suya y quería reivindicar su particular punto de vista sobre la circuncisión. Ella se define como "inactivista", una persona que defiende que a los bebés no se le apliquen modificaciones en su cuerpo, ya sean piercings, circunciosiones o perforaciones. La propia Enedina quisó explicar todo lo acontecido a través de una nueva publicación en su muro de Facebook.