Arden las calles en estos primeros días del tórrido verano, y se inician las actividades de las floreadas fiestas del Día del Orgullo Gay. Lo que en muchos sitios empezó como reivindicación colorista y necesaria, se ha tornado en  fiesta turística, o casi una feria más, como en Madrid, ciudad en la que cuenta con más seguidores que la verbena de La Paloma o San Isidro. T

odas las comparaciones son odiosas y, al margen de las simpatías o antipatías que despierte la actual alcaldesa, Manuela Carmena ha sabido ver y gestionar las potencialidades de un evento como éste, consiguiendo la capitalidad Internacional del Orgullo, el llamado World Pride 2017. No hay que olvidar que, la alcaldesa anterior, Ana Botella, mantenía una manifiesta voluntad de eliminar estas fiestas, complicando los eventos, manifestaciones públicas, enviando a la policía a cortar la música, en una fiesta que deja alrededor de 300 millones de euros en la ciudad en una sola semana. A enemigo que huye puente de plata-o arco iris en este caso-…

 Eventos, en los que actuarán las nuevas divas y las de siempre del mundo homosexual, como Alaska, Carmen París, Diana Navarro en el teatro Real, Poveda y su Festival Flamenco Gay, la exposición de la Premio Nacional de Fotografía 2016, Isabel Muñoz, sobre el tema, estrenos como “Los Amores Oscuros “en el Español, serán algunos de los actos y de las figuras que apoyarán estas festivas reivindicaciones, además de proyecciones de películas, encuentros literarios y debates.

Habría que recordar que la lucha por la liberación gay y lesbiana, del colectivo LGTBI, se comenzó hace mucho y no han sido pocas sus víctimas a lo largo de la historia, para que no quede todo diluido en la divertida fiesta. Por no remontarnos más que a la historia contemporánea y obviando la quema de homosexuales de la Inquisición con la bendición de la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana, una cláusula en el código penal alemán calificaba de “crimen”, a final del XIX, cualquier relación sexual entre hombres.

La lucha se extendió y obtuvo una victoria enorme cuando triunfó la Revolución rusa: la legislación soviética establecía la no interferencia del Estado o de la sociedad en cuestiones sexuales. Lamentablemente esta victoria se vio derrocada por el ascenso de Hitler y de Stalin al poder. Una pena que Putin, y su zarismo particular, haya vuelto a la represión fascista contra este colectivo. Los sesenta vieron un resurgir de las luchas en general en todo el mundo por las libertades que significó el renacimiento del movimiento gay, y la chispa se produjo en Stonewall, en los EEUU.

Stonewall era un bar gay del centro de New York, controlado por la mafia y sobrevivía gracias a los sobornos que pagaban a la policía. Para justificar estos pagos, la policía realizaba redadas ocasionales. La noche del 27 de junio de 1969 ocho policías decidieron llevar a cabo una redada. Esta tropa era suficiente, según ellos, tratándose de un bar de "mariquitas". “Los maricas nunca se revuelven”, decían, pero aquel día todo cambió. Aquel día una multitud empezó a congregarse alrededor del bar gritándole a la policía, cercando totalmente a los uniformados quienes se refugiaron en el bar. Atrapados pidieron ayuda a la comisaría que envió al escuadrón de fuerzas de choque de New York. La revuelta duró tres noches y la policía se vio obligada a retirarse de la zona. Los incidentes se sucedieron durante todo el verano boreal hasta la creación, en agosto, del Frente de Liberación Gay. Un acto "normal" de opresión había desencadenado una gran respuesta. El Frente estableció reuniones públicas, publicó un periódico llamado Come Out! (¡Sal afuera!) y organizó una jornada de lucha para retomar las calles y expresar libremente el derecho a ser gay. A partir de esas manifestaciones cada año, desde 1969, se celebra el día del orgullo gay en todo el mundo.

No nos durmamos en los laureles mientras estemos de fiesta; no dejemos que una opción sexual se convierta en marca registrada

Mucho se ha avanzado desde entonces; el avance civil de los matrimonios no debe ser un premio de consolación. Mientras no se revise, como sucedió con el asunto de la violencia de género, el tema penal de la homofobia, estaremos en manos de interpretaciones legales que seguirán dejando el tema, en algunos casos, en manos de homófobos que dictan sentencias. El tema de la Gestación Subrogada tampoco se debe tomar a la ligera. Ni porque no legislar, como en países perfectamente democráticos como Canadá crea vacíos legales que sólo fomentan la mercantilización de la mujer, como por el hecho de que oponerse bajo axiomas inflexibles coloca a personas progresistas del lado del reaccionario Foro de la Familia, como con el aborto, con lo que sólo podrá ser padre o madre, como en su momento abortar, quien tenga dinero. Todavía en muchos países el asunto del transgénero o la homosexualidad está penada, incluso con la muerte, empezando por esos países que patrocinan a importantísimos clubes de fútbol. En nuestro propio país, rancios protocolos expulsan a persona seropositivas del funcionariado, o de puestos para los que el VIH no debiera ser un problema, en un ejercicio de marginación social que lleva en gran medida a la exclusión, sin derecho a pensiones por incapacidad, chantajes, exclusión social, y una evidente contradicción contra el derecho a la intimidad que recoge nuestra Constitución.

No nos durmamos en los laureles mientras estemos de fiesta; no dejemos que una opción sexual se convierta en marca registrada, objetivo de multinacionales y consumismo previa campañas publicitarias. Hay mucha sangre rosa derramada: Wilde, Lorca, Passolini, Rock Hudson, por citar algunos conocidos, y a día de hoy, en países tan civilizados como EEUU, las prácticas homosexuales son un delito en muchos estados, por no hablar de muertes en Latinoamérica o el mundo árabe, pasando por sentencias vergonzosas en nuestro propio país, que deberían costarle el puesto a ciertos jueces.

El Outing es una forma de fascismo inventada en la guerra fría norteamericana para presionar a la delación a actores y directores de cine. Es algo odioso y denigrante que las personas de bien no debemos permitirnos pero, que tengan cuidado quienes alardean con bromas baratas, insultos, vejaciones, contando con la buena voluntad de los que tienen en frente, no sea que empiecen a abrirse los armarios de las Sacristías, no sólo con el caso de Marcial Maciel, y los cargos políticos casados para estar donde deben parecer decentes, heterosexuales y piadosos, no sea que a alguno le dé por no ser tan respetuoso con los que no respetan a nadie, aunque luego lleven triples vidas y hagan recursos a ciertas leyes. “A quién le importa lo que yo haga, a quien le importa, lo que yo diga. Yo soy así, y así seguiré…”