Dos homosexuales españoles cuentan, con motivo de la celebración del World Pride Madrid 2017, cómo han vivido su condición sexual en España, uno en la clandestinidad durante el franquismo y otro en el punto de inflexión histórico de reconocimiento de los derechos del colectivo de LGTBI en democracia.

El genealogista y heraldista español Armand de Fluvià, nacido en Barcelona en 1931 y uno de los fundadores del movimiento gay en España, explica que ser homosexual en el régimen de Franco era "muy difícil y muy arriesgado" y exigía "llevar una doble vida".

Armand de Fluvià asistió a todas las manifestaciones reivindicativas de la comunidad LGTBI, como secretario general del Front d'Alliberament Gai de Catalunya (FAGC), que en la ciudad condal fueron recibidas con "mucha curiosidad y aplausos en el trayecto".

En 1978, fue la primera persona en salir del armario de forma pública en España, en el circuito catalán de Televisión Española, en los programas "De bat a bat" y "Vosté pregunta".
"Para mí, no fue difícil, porque fui saliendo (del armario) poco a poco en diferentes círculos, la familia, los amigos y el trabajo", subraya.

De Fluvià, que fue presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb) entre 1995 y 1997, asegura que, "por suerte, nunca" ha vivido ningún episodio de discriminación por su condición sexual.

En los años ochenta, señala, el VIH/SIDA fue "un gran trauma para muchos, que produjo la desmovilización del colectivo", mientras que en 2005 la aprobación de la ley del matrimonio homosexual le permitió sentirse "como un ciudadano de primera, sin ninguna discriminación legal".

Una vez conseguida la igualdad legal, en su opinión, "el máximo reto es la lucha contra las fobias en materia sexual", actuando fundamentalmente en la enseñanza, en todos los niveles educativos, desde la guardería a la universidad, así como en los medios de comunicación de masas, principalmente la televisión.

La historia de Marcos Dosantos
Marcos Dosantos, nacido en un pueblo del norte de Tenerife en 1991 y dinamizador del Área Joven de la Felgtb, recuerda que él era "un adolescente de 13 años, con sus primeras dudas sobre su orientación sexual", cuando se aprobó la ley del matrimonio homosexual, que "abrió el debate político y social sobre este asunto y dividió a la sociedad española".

"Yo estuve en el armario. Era consciente de que mi orientación no era heterosexual. Me acepté con 15 ó 16 años y empecé a hacer mi trabajo personal para entender qué soy y ver cómo gestionar mi vida", relata Dosantos.

En el instituto, detalla, sus compañeros lo "machacaban" y, al volver del recreo, se encontraba, por ejemplo, con pintadas en su mesa en las que podía leer "Marcos maricón" o el "insulto fácil", como "una lluvia fina, día a día".

Entonces, planeó salir de Tenerife, seguir en el armario hasta terminar el bachillerato y después hacer su vida en Madrid.

"Mucha gente de mi generación comparte esta experiencia. Algunos lo llaman el "sexilio" o el "séxodo", cuando entienden que en su pueblo o su provincia no pueden tener el estilo de vida que se corresponde con su identidad sexual y se van a grandes urbes como Madrid, Barcelona o Valencia, donde hay entornos universitarios y ambientes más abiertos", precisa.

Con 18 años, empezó a salir del armario y se lo contó a su familia. "Al final, salió todo bien", asevera Dosantos, quien reconoce que en democracia y en un entorno familiar "bastante abierto" tuvo que afrontar problemas de homofobia y soportar la presión social.

"Lo que diferencia a nuestra generación de los que nos precedieron -resalta- es que ellos consiguieron la igualdad legal y, ahora, nos toca a nosotros lograr la igualdad social, porque si no hay igualdad legal y social, no hay igualdad real".