En los últimos años son muchas las campañas que se han llevado a cabo para concienciar de la importancia de proteger nuestra piel del sol. Sin embargo, pese a que la teoría parecemos conocerla bien, el número de casos de cáncer de piel en nuestro país no deja de crecer. En los últimos años la incidencia se ha incrementado un 34%. Anualmente, solo en España se diagnostican 3.600 nuevos casos de melanoma.

El problema es que, aunque “la gente se revisa más, se preocupa y acude a la consulta, sigue exponiéndose al sol sin control”, explica la doctora Amalia Pérez Gil, jefa de Dermatología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón. Esta misma semana, su centro ha colaborado con la campaña ‘Euromelanoma’ de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), con el fin de concienciar a la población sobre el diagnóstico y tratamiento del cáncer de piel. Se han realizado exploraciones de piel gratuitas “y desgraciadamente nos hemos encontrado dos melanomas en menores de veinte años”.

Cada vez más jóvenes

Cada vez son más los jóvenes menores de 30 años que presentan esta enfermedad. “La edad media antes del melanoma eran los 62 años y estaba asociado a la exposición solar laboral”, explica esta especialista. “Ahora esto ha cambiado; está asociado a la exposición recreativa y de ocio y afecta, por tanto, a personas de menor edad”.

Proteger a los niños es vital, dado que se ha demostrado ya que “las quemaduras en la infancia son un factor importantísimo predictor de un futuro melanoma en la edad adulta”. Pese a todo, “seguimos viendo niños quemados”.

Nos sabemos la teoría, estamos más concienciados y nos revisamos, pero seguimos sin prevenir. “Han participado en la campaña, personas que nos han llegado quemadas”, lamenta la médico.

Melanoma y no melanoma

El cáncer de piel se divide principalmente en dos tipos: melanoma y no melanoma. El primer caso es poco frecuente, pero el problema es que el índice de mortalidad es muy alto en estadios avanzados. “Son lesiones pigmentadas (lunares), y se curan si se diagnostican a tiempo, pero es muy agresivo”.

Los segundos abarcan distintos tipos de tumores, sobre todo el carcinoma de células basales (carcinoma basocelular), muy frecuente, pero que raramente puede comprometer la vida del paciente, y el de células escamosas. En estos casos, no hay lunar, “se trata de manchas rojas, rasposas, nódulos del color de la piel normal o más oscuros”. Las precauciones han de ser las mismas. “Ante una mancha que en dos semanas persiste o va cambiando”, insiste la doctora del hospital Sagrado Corazón, “siempre hay que consultar”.

La regla del A, B,C,D,E

Estar atentos y “acudir al médico ante la más mínima duda”, puede salvarnos la vida.

La autoevaluación a través de las llamadas reglas A,B,C,D,E es una gran herramienta.

  • A – ASIMETRÍA: la mitad del lunar es diferente de la otra.
  • B – BORDE: irregular, mal definido u ondulado
  • C – COLOR: variación de color de una zona a otra. Diferentes tonos de marrón, negro y a veces blanco, rojo y azul. Cuantos más tonos, más peligrosos.
  • D – DIÁMETRO: las lesiones de más de 5milímetros tienen más probabilidad de ser importante, no obstante, cuando se diagnostican pueden ser más pequeños.
  • E – ELEVACIÓN: el lunar cambia de forma brusca.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es “si sangra o si pica”, lo cual no quiere decir que, si esto ocurre, o “hay cambios en el aspecto de la lesión, sea maligno”, aclara la doctora Pérez Gil.  

No todas las pieles son iguales

El tiempo de exposición solar y el modo en que se hace son muy importantes. Sin embargo, nuestro tipo de piel constituye un factor clave. El fototipo cutáneo, que así se llama, resalta esta doctora, “viene determinado genéticamente”.  El 1 y el 2 “son pieles claras, personas rubias de ojos azules, pelirrojos, … que, siempre se queman, pero que nunca o casi nunca llegan a broncearse”. Las personas con fototipos 3 y 4, “se broncean progresivamente y tienen mucho menos riesgo”, aunque, pese a que no se quemen, deben cuidar el tiempo de exposición, dado que “el capital solar que se va acumulando en estos pacientes si no se cuidan es muy alto”.

Claves para prevenir

A diferencia de otros tumores, el cáncer de piel está en su mayor parte condicionado por el sol. Pero se puede lograr el bronceado sin comprometer la salud.

Es vital evitar las horas centrales del día (de 12 a 16h), usar una cantidad generosa de protector solar, nunca con factor de protección por debajo de 20, y reponerlo cada dos horas y después del baño. En zonas como Andalucía, donde la exposición es diaria durante todo el año, es necesario el uso de fotoprotectores también en invierno.

En los últimos años, han salido al mercado también fotoprotectores orales, “complejos que llevan antioxidantes, que minimizan el daño que el sol hace en la piel”. Recurrir a ellos no implica que podamos prescindir de la crema, y aunque “todo el mundo lo puede tomar, lo recomendamos a personas con problemas de piel, que han tenido un cáncer o que presentan lesiones precancerosas, intolerancia al sol, o incluso a aquellos que se quieren cuidar por motivos estéticos. Ayudan a un bronceado a medio plazo, pero más sano y duradero”.

Cuidado con las cabinas

Las cabinas de bronceado suponen otro factor de riesgo, por lo que es conveniente evitarlas. Tal y como explica esta dermatóloga, se trata de “una radiación aguda que no está controlada”. Esas camas las maneja, aclara, “gente que no está preparada y que no sabe qué tipo de piel tiene delante ni qué tipo de radiación”. Del mismo modo, los equipos utilizados precisan un mantenimiento que “muchas veces no se hace porque es muy costoso”. Pese a existir una legislación vigente al respecto, “que intentamos que se cumpla, es muy difícil”.

La cultura del moreno

La ‘cultura del moreno’ explica, en gran medida, cómo hemos llegado hasta aquí. Los cánones de belleza que tanto difieren de los de principios del S.XX, cuando la distinción estaba en la piel blanca, han hecho que desde los años 60, el gusto por el bronceado haya ido in crescendo. Aunque en este sentido, queda mucho camino por recorrer, poco a poco, sostiene esta dermatóloga del hospital Sagrado Corazón, “la situación va mejorando. Que actrices y modelos no salgan ya tan bronceadas, ayuda”.

El envejecimiento de la piel que provoca la exposición solar hace también que “cada vez más personas prefieran optar por una exposición más saludable”.