El Banco de Luxemburgo se ha querellado contra Arantxa Sánchez Vicario por un presunto delito de alzamiento de bienes. La querella fue admitida a trámite en el Juzgado de Instrucción número 4 de Barcelona y ampliada hace unos meses contra Josep Santacana, marido de la tenista, y contra varias empresas, según ha avanzado Vanitatis.

La tenista avaló a través del Banco de Luxembrugo un préstamo para hacer frente a la deuda de 5,2 millones de euros con Hacienda por impago de impuestos durante los años 1989 y 1993. La guerra que mentuvo con sus padres, a los que acusó de haberla arruinado en un libro 'Arantxa, ¡vamos!'(La Esfera), la llevó a abandonar España y fijar su residencia en Miami. Ahora, el banco la acusa de vender sus propiedades y deshacerse de inmuebles con tal de no saldar la deuda que contrajo con ellos.

La tenista declarará por videoconferencia, lo que está retrasando el proceso judicial más de lo esperado. “Lo tiene difícil”, han comentado a Vanitatis fuentes cercanas al caso. “Si un banco de esta entidad te demanda, tienes que tenerlo todo muy bien preparado porque suelen ir a por todas y tienen recursos muy potentes para seguir hasta el final”, añaden. 

Ruptura con la familia

“Estoy en la ruina. Mi padre me explicaba que estuviera tranquila, que lo que había ganado me daba para vivir a mí, a mis hijos y dos generaciones más”, declaró ante el juez en la querella que presentó contra sus padres por haberla arruinado. La enfermedad de su padre, que falleció en febrero de 2016 a consecuencia de alzheimer, hizo que llegaran a un acuerdo extrajudicial. La familia nunca se ha reconciliado.

Patrimonio desaparecido

Según Vanitatis, la tenista contaba con un ático en Sant Cugat, un adosado en Andorra, dos apartamentos en Port Ginesta, dos apartamentos y un solar en S’Agaró, un apartamento y plazas de aparcamiento en Sant Just Desvern, tres locales comerciales en Premià de Mar, una casa en Puigcerdà, un chalé con terreno en Formentera, el piso de avenida Diagonal donde sigue viviendo su madre y una soberbia mansión de tres plantas y 750 metros cuadrados en Ciudad Diagonal. Todo este patrimonio ya no está a su nombre y, al parecer, tampoco ha dejado rastro en sus cuentas bancarias.