Decía el filósofo e historiador francés, Hippolyte Taine, que los humanos “viajamos para cambiar, no dé lugar, sino de ideas”. En este sentido, observamos como la sociedad actual encuentra su válvula de escape frente a la monotonía gracias a los viajes.

De hecho, no hay nada más refrescante para nuestro cerebro que salir de nuestras obligaciones diarias. Así lo afirma el Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología dirigido por Sagrario Manzano Palomo: “Al viajar fortalecemos el encéfalo. Igualmente, al vivir nuevas experiencias y al adquirir nuevos conocimientos de otras culturas incrementamos nuestras conexiones neuronales”.

Cabe destacar que al viajar nos exponemos a crear nuevos y emotivos recuerdos. Y es que muchas veces no somos conscientes de los beneficios que nos traerá una nueva jornada. Sobre todo, descubriremos nuevas sensaciones y sabores. Del mismo modo, nos sentiremos ‘más vivos’ al salir de nuestra zona de confort. Todo forma parte de un completo e interesante aprendizaje; nuevas palabras, olores, costumbres, sabores, personas, paisajes, lugares, etc.

Escápate en Semana Santa

Nuestra capital dispone de miles de planes para realizar durante las próximas fiestas. Una buena opción es comenzar tomando unas torrijas madrileñas en algunos de sus locales más emblemáticos de la capital como pueden ser la Antigua Pastelería del Pozo, o El Riojano.

Por otro lado, también podemos visitar lugares tan representativos de la ciudad como la famosa Puerta de Alcalá, el Palacio de Cristal, o el Templo de Debod con 2.200 años de antigüedad. Una joya egipcia que le fue regalada a nuestro país en 1986 por la ayuda ofrecida para salvar los templos de Nubia.

Si viajamos con los más pequeños de la casa, siempre podemos ir al Zoo, al Parque de Atracciones de Madrid, o incluso al Parque Warner. De igual forma, y cuando nos apetezca saciar nuestro apetito hay muchas opciones. Desde un bocadillo de calamares en el Bar Postas, pasando por unos deliciosos huevos estrellados en Casa Lucio, o con unos ‘yayos’ en Casa Camacho.

Si finalmente decidimos viajar a Madrid, existen algunos factores que podemos tener en cuenta para evitar caer ante el temido estrés. El primer paso es ser precavidos y reservar tanto el método de transporte como el alojamiento lo antes posible. Actualmente, gracias a las plataformas online como la de Holidu es mucho más fácil comparar las tarifas de los alquileres vacacionales. Una opción cada día más popular entre la población debido a sus competitivos precios.

En segundo lugar, organizar bien la maleta con todas las cosas que vayamos a necesitar es clave. Recuerda que es mejor salir sin prisas y disponer de una ruta más o menos cerrada con todo lo que deseemos visitar. No está de más tener en mente que son unas vacaciones y no un triatlón. Por esta razón, no pasará nada si nos dejamos un museo por visitar. Ante todo, lo más importante es relajarnos de nuestro día a día, y como no, del trabajo

De momento, nuestra capital no es un mal lugar para desconectar viajando en nuestras preciadas vacaciones. Así lo demuestra la cifra récord de 760.344 visitantes en julio del verano pasado según el propio Consistorio. Y es que, por lo que parece, los españoles somos los que más disfrutamos de una relaxing cup de café con leche en la Plaza Mayor con el 76% de los turistas. Eso sí, seguidos por los británicos con un 15%.