La Fiscalía ha archivado las diligencias abiertas tras la denuncia contra la actuación de una Drag Queen en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria.

La Asociación de Abogados Cristianos había interpuesto una denuncia por un posible delito de ofensa a los sentimientos religiosos. La Fiscalía no ve una “voluntad de ofender” a una religión, sino una "crítica ácida" realizada en un contexto de carnaval, según avanza el diario Las Provincias.

No basta con el sentimiento de ofensa
El Ministerio Público da por concluido la denuncia contra Borja Casillas (el nombre del Drag), que salió  vestido de la Virgen y de Cristo crucificado, mientas pronunciaba frases con connotaciones sexuales.

La Fiscalía considera que “no basta con que concurra un sentimiento de ofensa" a un colectivo de creyentes, "por muy libre y legítimo que este sea", porque ello provocaría que "la aplicación del Código Penal quede en manos de la mayor o menor sensibilidad de quienes profesan una determinada religión".

Precedentes similares
La Fiscalía recuerda que existen precedentes parecidos ya juzgados y con sentencias absolutorias, entre los que cita el fallo de la Audiencia de Madrid de 2013 que eximió al cantante Javier Krahe del mismo delito por haber cocinado un crucifijo en un programa de televisión, porque se entendió que las imágenes eran "satíricas, críticas y provocadoras", pero sin "relevancia criminal".

Los insultos de la derecha al Drag
El espectáculo en el Carnaval de Las Palmas fue criticado por la Iglesia y llevío a la censura de la gala en RTVE. Algunos opinadores de la derecha cargaron tinta contra la actuación y el propio Drag, como fue el caso de Carlos Herrera, quien lo consideró “una falta de respeto a las creencias católicas, a gente que no le ha hecho nada ni a la drag queen ni a la madre que la parió".

"Estos tipos vestidos de mamarracho, y haciendo mamarrachadas por las calles, que podrían disfrazarse de cualquier cosa. Que se disfracen de cómo va su madre, por ejemplo, que seguramente sería mucho más interesante", afirmó Herrera.