Una de las características más notables de la sociedad actual es la preocupación por la imagen. Cada vez, más mujeres y hombres buscan nuevos y variados métodos para cuidar su aspecto físico. Con el objetivo de satisfacer estas necesidades, muchas clínicas y centros de tratamiento han incorporado una nueva técnica de belleza no quirúrgica que ayuda a reducir la flacidez de la piel y la celulitis, a tratar los posibles problemas de varices y a eliminar los cúmulos de grasa resistentes. 

Este tratamiento, denominado carboxiterapia, consiste en administrar dióxido de carbono (CO2) tanto cutánea como subcutáneamente. La inyección de este gas natural inodoro e incoloro que se desprende de la respiración de todos los humanos es indolora y consigue mejorar el flujo sanguíneo y, por tanto, la oxigenación de la piel en la zona tratada. El cliente que esté siendo sometido a esta técnica, únicamente podría notar un pequeño escozor en la zona del pinchazo, aunque éste se realice con una micro-aguja. 

No se asocian riesgos específicos a esta práctica, que también es utilizada en otros tratamientos como las cirugías endoscópicas del abdomen o por aplicación directa en el torrente sanguíneo para determinados procedimientos. En dichos casos nunca se ha generado ningún problema. Uno de los efectos secundarios sería la posible aparición de pequeños hematomas en la zona de la inyección.

Las áreas de aplicación más usuales de este tratamiento son ojeras, cara (carboxiterapia facial) y cuello o brazos, estómago, piernas y nalgas, que es la carboxiterapia corporal. Además de los beneficios antes mencionados, este método clínico también disminuye la piel de naranja, alivia los síntomas de la celulitis y reduce la aparición de los hoyuelos. Asimismo, al favorecer la reparación del colágeno, esta técnica es ideal para reducir estrías, reduciendo la diferencia de color que hay entre ellas y el resto de la piel. 

El tratamiento de carboxiterapia ofrece multitud de ventajas en lo respectivo a la mejora de la piel, de la salud y de la belleza, pero es importante destacar que su precio es bastante asequible para todos los bolsillos. El precio de la sesión, que suele durar aproximadamente media hora, es de 59 euros. Dependiendo de los resultados terapéuticos estéticos que se deseen obtener, normalmente se suelen necesitar entre 5 y 10 sesiones para el tratamiento. 

Este método médico-estético, realizado exclusivamente por médicos cualificados y profesionales, fue uno de los más demandados en las semanas previas al verano por la llamada "operación bikini". Los interesados en obtener un presupuesto concreto ajustado a sus necesidades pueden solicitarlo muy fácilmente a través de la página web de las clínicas que incorporen a su oferta la carboxiterapia. 

Según los expertos, la historia de esta técnica se remonta a la década de los años 50, momento en el que un grupo de cardiólogos de la estación de Aguas Termales de Royat (Francia) decidió aplicar la terapia a varios pacientes que presentaban diferentes enfermedades con una característica común a todas ellas: el déficit en la circulación sanguínea, área en la que ahora está especializada la carboxiterapia.