“A todo el mundo le interesa el tema de ser transparente”, “transparencia para conseguir seguridad” u “hoy es imposible esconder lo que se hace” son algunas de las contundentes frases que se han escuchado en el coloquio sobre Transparencia y Seguridad organizado por el Foro Milicia y Democracia.

Ante un salón de actos del Ayuntamiento de Madrid a rebosar, juristas, economistas y militares han coincidido en la necesidad de introducir en los temas militares y de defensa nacional la transparencia y publicidad casi total que ya ha llegado a muchos ámbitos de la administración pública.

Transparencia para cambiar el modelo

En un acto moderado por el exJEMAD, Julio Rodríguez, el Fundador del Capítulo Español de Transparencia Internacional, Antonio Garrigues Walker, ha querido comenzar el coloquio dando una visión más amplia del problema y, nombrando los últimos casos de “atomización de movimientos sociales” como la victoria de Donald Trump en EEUU, el Brexit o el ascenso de la extrema derecha en Austria y Francia, ha definido a la transparencia como “un activo de la sociedad civil” en un momento en el que debemos “ofrecer un modelo de convivencia distinto”.

“La transparencia no denuncia hechos, evita crear sistemas de corrupción”, afirma Garrigues, para el que sigue habiendo actitudes por parte de todo tipo de administraciones públicas en contra de la transparencia que “obligan a planteamientos nuevos”.

Siempre en el estado de derecho

La nota jurídica, aunque breve por su apretada agenda, la ha puesto la Fiscal antiterrorista de la Audiencia Nacional, Dolores Delgado, que ha defendido con uñas y dientes la necesidad de “transparencia, derechos humanos y la herramienta de la ley en pro de la seguridad”.

Delgado se ha referido a los muchos jóvenes en España con los que ha tratado en su trabajo y los cuales, “permeables a ideas radicales”, se acercan a movimientos extremistas por la simple falta de una educación básica. Desde la justicia, señala, se están interfiriendo teléfonos, monitorizando redes sociales y siempre desde el estado de derechos, pero, ha insistido, se debe apostar por una “educación en derechos humanos”.

Para la Fiscal tampoco es una buena opción, en materia de seguridad, dar más poder a los servicios secretos de inteligencia, sino actuar siempre con transparencia y con plenas garantías. “Los recortes en las libertades se vuelven siempre en nuestra contra”, ha defendido.

Seguir trabajando

Los datos han llegado de la mano de Jesús Lizcano, presidente de Transparencia Internacional España, el cual ha pedido cambiar la legislación para dar mayor poder al Parlamento en materia de acción y control de la Directiva Nacional de Defensa, así como clarificar el uso que hace el Gobierno de los fondos reservados en materia de seguridad y que no aparecen en desglosados en los Presupuestos Generales del Estado, así como desglosar mejor el gasto en defensa que recogen.

A este respecto, Lizcano ha mostrado el Índice Anticorrupción en Defensa y Seguridad que realizó su organización y en el que se señalaba que “España aún no ha realizado ninguna evaluación exhaustiva de los riesgos de corrupción en el ejército”.

Ya no somos niños

El punto y seguido, que no final, lo ha puesto Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, el cual no se ha mordido la lengua al señalar “las fuerzas armadas españolas tiene una buena opinión pública en la medida en que son vistas como una ONG” y no se habla de su principal función, defender.

Reconociendo y alabando la total transformación vivida por el ejército español en los últimos 40 años, Núñez ha defendido que ya es hora de que en España se desarrolle un debate intenso sobre qué modelo de defensa quiere y que desde las fuerzas armadas no se tenga “miedo al micrófono” para explicar su trabajo en todos los ámbitos.

Núñez también ha insistido en que desde el Gobierno se debe de dejar ya de ocultar cual es el gasto real en defensa. Sin entrar a valorar si este es mucho o poco, ha afirmado que “cuánto tiempo más vamos a decir que gastamos 6.000 millones cuando en realidad son 14.000” si sumamos el gasto que se carga a otros ministerios y no al de Defensa. “Tratamos a la opinión pública como un niño que no se entera de nada” y esto, en su opinión, se debe dejar de hacer y explicar todo lo relacionado con la seguridad y la defensa en mayor profundidad.