Me alegro mucho de su muerte. Lo único que lamento es que de la misma cornada no hayan muerto los hijos de puta que lo engendraron y toda su parentela”. Estas fueron las palabras con las que un ciudadano, que se autodefinía como “educado” por ser maestro, celebró la muerte del torero Víctor Barrio, que murió el pasado 9 de julio en la plaza de toros de Teruel.

Vicent Belenguer publicó el comentario en Facebook para después asegurar que le habían hackeado su cuenta en dicha red social. Este acto le valió dos denuncias, una interpuesta por la familia del torero y una segunda por un abogado de Castellón. Cuatro meses después, el juzgado de instrucción número dos de la localidad valenciana de Paterna ha decido archivar la denuncia presentada por el letrado, en la que se estudiaba si las palabras publicadas podían suponer un delito de incitación al odio.

La jueza cree que con su comentario, sea o no de mal gusto, no se está animando a la “población a cometer actos de odio o violencia contra un colectivo” sino que es sólo “una opinión por parte de quien lo remite que, pudiendo constituir una injuria o vejación injusta grave, sólo puede ser perseguida por el ofendido o sus herederos».

La denuncia de la familia

Además, el maestro Vicent Belenguer también fue denunciado por los familiares del fallecido. Dicha denuncia sigue adelante en el juzgado de instrucción número 3 de Paterna

Ya que la jueza asegura que si se podría tratar de un delito por “injuria o vejación injusta grave” que sólo pueden denunciar los herederos al faltar el ofendido, la familia del tortero junto a los servicios jurídicos de la Fundación del Toro de Lidia (FTL) presentaron en agosto una denuncia por amenazas y contra el honor de la viuda de Victor Barrio.

Pero el comentario de esta persona no fue el único que se publicó en las redes sociales, de hecho, fueron tantos que la Policía empezó a investigarlos

La muerte de este torero de 29 años fue la primera que se producía en una plaza de nuestro país desde los fallecimientos de Francisco Rivera "Paquirri" (Pozoblanco, Córdoba, 1984), José Cubero "Yiyo" (Colmenar Viejo, Madrid, 1985) y los banderilleros "Manolo Montoliú" y Ramón Soto Vargas (ambas en 1992). Nada más conocerse el suceso las redes sociales se inundaron de mensajes en los que muchos antitaurinos se alegraban de lo ocurrido. estos fueron algunos de los comentarios más polémicos:

Mensajes que han indignado a la mayoría de los usuarios de Twitter, que han condenado que se celebre la muerte de un torero. Poco a poco, la tensión en las redes sociales ha ido en aumento, por lo que los insultos a los antitaurinos se han reproducido sin cesar.