La crisis en el aeropuerto de El Prat ha puesto sobre la mesa el debate sobre la conveniencia de la privatización de AENA, ejecutada por el Gobierno de Rajoy en 2015 y justificada como una operación maravillosa para el “control de los costes, el incremento de la eficiencia y el aumento de la competitividad” que contribuiría al  “crecimiento económico del país” y que sería “dinamizador del turismo”.

La panacea de la privatización 

El entrecomillado corresponde a los argumentos que daba en 2014 la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, para justificar la privatización de la empresa pública.  La hoy presidenta del Congreso echaba mano de las razones que esgrime siempre el Partido Popular para defender la gestión privada frente a la pública: ahorro de costes y eficiencia.

El colapso en El Prat, por la huelga de los trabajadores de la empresa Eulen, concesionaria de los servicios de seguridad, tiran por tierra esa tesis. El Ejecutivo valora ahora como alternativa para poner orden tomar el control público de la seguridad en el aeropuerto a través de la Guardia Civil o la Policía. 

Pastor vendía en 2014 que la presencia de inversores privados fortalecería la gestión de AENA, que garantizaría la sostenibilidad futura del sistema aeroportuario español en red, y avalaba la decisión del Gobierno con experiencias similares en Alemania o Francia.

'La mayor eficiencia de Aena será un estímulo al sector del transporte aéreo en España y a los sectores estratégicos vinculados, como el turismo y el comercio', defendió Pastor.

La entonces ministra de Fomento aseguraba que la privatización de la empresa pública no conllevaría la pérdida de puestos de trabajo y que se garantizaría el interés general de los aeropuertos con un marco regulatorio que garantizaría las condiciones mínimas de servicio.

El Gobierno baraja ampliar la privatización
El 11 de febrero de 2015, el Gobierno de Rajoy vendió el 49% de acciones mediante la salida a Bolsa del gestor aeroportuario, del que el 51% sigue siendo público. La operación dio al Estado 4.263 millones de euros, a través de  73,5 millones de acciones a un coste de 58 euros.

El Gobierno baraja ampliar la privatización hasta el 60%, con lo que podría ingresar más de 2.000 millones de euros.

El plan para privatizar AENA no ha sido exclusivo del Partido Popular. El Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero barajó esa posibilidad con José Blanco de ministro de Fomento.