"Sintonía", aunque con grandes discrepancias en el tema catalán, y largos diálogos para buscar soluciones y puntos en común en temas tan importantes como igualdad, problemas económicos, corrupción y el referéndum independentista. Este ha sido el ambiente en la primera reunión entre los grupos de trabajo de PSOE y Podemos en esta segunda etapa de posibles acercamientos.

Ya lo intentaron tras las elecciones del 20D, pero Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no llegaron a entenderse. Ahora, con Sánchez de nuevo como secretario general del PSOE, han decidido obviar aquello de segundas partes nunca fueron buenas.

Esta oportunidad que se dan ambos partidos podría ser la buena, pero para ello, uno debe acelerar y el otro frenar. Ha quedado claro que avanzan en diferentes velocidades en más de un tema. Para Podemos, lo primero es correr hacia el Gobierno del Cambio y acusan a los socialistas de ir demasiado despacio. Para el PSOE, la solución para Cataluña pasa por una reforma de la Constitución, y mantienen que los podemitas van demasiado rápido intentando conseguir un referéndum legal que contente a En Comú.

“En España sólo va a haber gobiernos progresistas si el PSOE y nosotros nos entendemos”, decía Íñigo Errejón horas antes de esta cita decisiva. Más de dos horas después, dos horas y veinte minutos poniendo sobre la mesa temas y opiniones a contrastar entre una veintena de personas allí congregadas, la pregunta es ¿el dicho de las segundas partes será cierto o no?

Para saberlo, primero hubo que esperar el aluvión de ruedas de presa. Para presentar las conclusiones del PSOE, habló Margarita Robles. Para difundir las de Podemos, se mostró una vez más sus divisiones internas: por un lado, Irene Montero, por otro, las confluencias y para acabar se esperaba Alberto Garzón en representación de Izquierda Unida, pero se ausentó por motivos personales. Muchos portavoces y muchos temas.