Felipe VI se ha referido al franquismo como una "dictadura" durante la celebración en el Congreso del 40 aniversario de las elecciones democráticas. Es la primera vez que un monarca habla en estos términos del régimen franquista, no lo hizo su padre ni él en los tres años que han pasado desde que fue proclamado rey."La Guerra Civil y la dictadura fueron una inmensa tragedia sobre la que no cabía fundar el porvenir de España", ha dicho en su discurso. 

Frente a esa España, caracterizada por "la intolerancia, la discordia y la falta de entendimiento", el jefe del Estado ha elogiado la "valía y ejemplaridad" de los diputados y senadores de 1977, que "cumplieron con su deber, a pesar de la incertidumbre política", y empezaron a construir un "gran proyecto político" que "no fue un mero trámite para salir del paso". Tampoco fue "el proyecto de una persona, ni de un partido político, ni de una élite o de un grupo social, sino una obra de todos y para todos", que recabó el apoyo del pueblo español para avanzar en el camino de la "reconciliación nacional". 

En su intervención, ha destacado la vigencia del modelo de la Transición en el sentido de que "nadie en España debía volver a ser enemigo de nadie" y de que "la exclusión y la imposición, la intolerancia y la discordia debían ser sustituidas por la renuncia al dogmatismo y la defensa de las propias convicciones con pleno respeto al adversario y hacia las opiniones ajenas o diferentes".

Tras dedicar un mensaje de "gratitud, homenaje y admiración" a su padre, el Rey Juan Carlos, y a "toda aquella generación que abrió el camino de nuestra democracia", se ha remontado a los logros de la Constitución de 1812 para alertar contra la España de épocas posteriores, marcada por la falta de respeto a las convicciones ajenas y "la imposición de la propia verdad sobre la de los demás".

"Ningún camino que se emprenda en nuestra democracia puede -ni debe- conducir a la ruptura de la convivencia, al desconocimiento de los derechos democráticos de todos los españoles o a la negación de los valores esenciales de la Europa a la que pertenecemos", ha advertido, antes de añadir: "Y, menos aún, un camino que divida a los españoles o quiebre el espíritu fraternal que nos une".

Advertencia a Cataluña

"Dentro de la ley es donde cobran vigencia los principios democráticos, donde se deben encauzar los antagonismos y resolver los desacuerdos y las diferencias mediante el diálogo, mediante el debate", ha subrayado el jefe de Estado, en un mensaje directo a la situación de Cataluña. En este sentido ha defendido hoy la vigencia del modelo constitucional que afirma la unidad nacional y reconoce "el autogobierno de sus nacionalidades y regiones", antes de advertir de que "fuera de la ley" solo hay "arbitrariedad, imposición, inseguridad y, en último extremo, la negación misma de la libertad".

"La Constitución de 1978 proclamó su voluntad de proteger a todos los pueblos de España en el ejercicio de sus culturas y tradiciones, de sus lenguas y de sus instituciones; y reconoció el autogobierno de sus nacionalidades y regiones, que son también patrimonio de todos los españoles", ha argumentado el jefe del Estado.

Víctimas del terrorismo

El Rey ha rendido un sentido homenaje "con el mayor afecto y respeto" a las víctimas del terrorismo de ETA, "felizmente derrotado", y ha expresado su agradecimiento a todos los que se han dedicado a combatirlo, y a los que lo siguen haciendo "ante las nuevas y diferentes amenazas terroristas".

También la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha tenido palabras para las víctimas del terrorismo de ETA, que se recrudeció esos años "en su incesante empeño por hacer prevalecer su proyecto totalitario". "La cerril reacción de algunos frente al cambio quiso torpedear el proceso recurriendo a la violencia, e incluso al asesinato", ha lamentado Pastor, que ha rendido homenaje emocionado a las víctimas de la violencia política.

Afortunadamente -ha destacado- se contaba con la "firme determinación del pueblo español" y los representantes políticos supieron unir esa voluntad democrática en torno a "un proyecto nacional sugestivo e ilusionante". "Es posible, pues, afirmar sin ambages que, gracias a la participación del pueblo español, nuestra democracia se construyó democráticamente", ha destacado la presidenta del Congreso, que ha terminado su discurso proclamado que "suya es esta fiesta y suya es esta historia de éxito".