Una vez más, el supuesto y controvertido activista Lagarder, vuelve a situarse en el centro de la polémica. Es habitual ver a este hombre, que se define como ‘sin techo’, en los grandes acontecimientos que tienen que ver con la política.

Sin ir más lejos, estuvo presente en el famoso cónclave socialista celebrado en la calle Ferraz y que se cerró con la salida de la secretaría general de Pedro Sánchez.

Entonces casi llega a las manos con algún dirigente del PSOE. Lo mismo le ocurrió en un acto de Mariano Rajoy, en el que interrumpió al grito de “sois la mafia”. Su forma de proceder es casi siempre la misma, y lo han padecido también el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro –“la Iglesia es el diablo”- y dirigentes de ciudadanos.

Uno de los sucesos que mayor repercusión tuvo fue el de su irrupción en un acto de neonazis en el que recibió una paliza que el mismo se encargó de grabar y difundir a través de las redes sociales.

Medios como Twitter son su gran altavoz y es precisamente esta red social la que le ha servido esta semana para arremeter de manera más que contundente contra el partido con el que muchos le relacionaban, Podemos.

En un vídeo califica a la formación de Pablo Iglesias como “el nuevo fascismo”, y se compromete a estar frente a ellos “hasta que me muera”. 

A partir de aquí, como sucede con cada una de sus intervenciones en redes sociales, los seguidores de la formación morada se han lanzado contra él acusándole de haberse “vendido” a Eduardo Inda, otra de las polémicas que rodean a Lagarder y que él ha desmentido. 

Pero como suele suceder en estos casos Lagarder, lejos de callarse, ataca y lanza mensajes contra Podemos y sus dirigentes, a todos los niveles.