La polémica que ha rodeado al conocido chef Jordi Cruz por la situación de sus becarios, quienes no cobran por su trabajo porque “se les enseña” y “hacen las horas justitas”, ha puesto en el punto de mira las condiciones de los becarios de diferentes empresas y sectores. El marco jurídico español contempla dentro de la legalidad que estudiantes trabajen a cambio de experiencia, sin remuneración. Sin embargo, una de las aristas que se ha situado en el foco mediático es la ética y la moral de compañías que contratan becarios sin pagar ni un duro. En este sentido, desde ELPLURAL.COM hemos podido conocer a fondo la precaria situación de cientos de becarios al servicio del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.

Prácticas en Embajadas y Consulados

Maquilladas bajo el nombre de Prácticas en Representaciones en el exterior y servicios centrales del MAEC, este tipo de becas ofertadas por el Gobierno y ejecutadas por el Ministerio de Exteriores suponen un auténtico caramelo para los estudiantes. “¿Quién no querría trabajar en el extranjero en representación del Gobierno de tu país?”, se pregunta uno de los alumnos con los que ha hablado ELPLURAL.COM. “Ganas experiencia y en tu currículum figura que has trabajado para el Ministerio de Exteriores, para el Gobierno”.

Sin embargo, todo es pura fachada. Las condiciones son precarias, se dedican muchas horas al día, suplen el puesto de un funcionario, la mayoría apenas están tutelados -al menos no suficientemente- y todo ello, ¿por cuánto? Nada. “Las gracias”, tal y como declara un beneficiario de la beca.

Desde ELPLURAL.COM contactamos con otra de las becarias de Exteriores para conocer la intrahistoria de todo el proceso. Para proteger su identidad, nos referiremos a ella como Lola.

“Ni ayudaban, ni pagaban”

Lola fue una de las beneficiarias de las prácticas en representaciones en el exterior ofertadas por el Gobierno entre los meses de septiembre y enero. Su destino fue un importante Consulado en Estados Unidos, uno de los destinos más demandados. “Yo estaba en Registro Civil. Nacimientos, matrimonios, defunciones, correspondencia del Consulado. Eran ocho horas al día”. Una jornada completa de cualquier trabajador. ¿La diferencia? La remuneración: “No me pagaban”. Pero Lola no solo no recibía remuneración alguna, sino que además, tampoco contaba con ninguna ayuda, ni económica ni de otro tipo: “No me ayudaron a buscar alojamiento y tampoco me pagaron el seguro, que me costó 400 euros. Obviamente, el vuelo tampoco te lo pagan”.

Lola asegura a ELPLURAL.COM que “yo hacía el trabajo, nada más ni nada menos, que de dos funcionarios, porque supuestamente no había dinero para sacar plazas”. De hecho, da un paso más y añade que “el Consulado [donde realizó las prácticas], y me consta que no es el único, sobrevive gracias a los becarios”.

Unas condiciones en las que “aprendí un montón, pero porque no me quedó otra, trabajamos mucho”.

Búscate la vida

Ocho horas, cubriendo el puesto de un funcionario (e incluso dos), sin cobrar, sin ayudas por desplazamiento o alojamiento. Nada. Pero lo más sorprendente es que tampoco asisten al becario en el papeleo administrativo previo al desplazamiento. En su caso, la documentación pertinente “no me costó porque era visado diplomático”, pero “lo hice yo todo”.