No toda la prensa escrita se ha rendido a la campaña de ensalzamiento de Cristina Cifuentes. En una pequeña columna, en El Periódico de Cataluña, Cristina Pardo no sólo resiste, sino que explica al detalle el objetivo de estas loas, con la información directa que le llega desde el Partido Popular. Pardo recuerda que Cifuentes “siempre ha estado ahí”, como defiende el sector aguirrista, y que se está haciendo “un cordón sanitario” en torno a la lideresa para salvar al PP regional.

La afirmación de que “el tiempo de los corruptos ha llegado a su fin” es “un tanto arriesgada”, según Cristina Pardo, dado el alcance de la corrupción y “el número de bajas” de políticos populares en estos días. Y porque “no sabemos qué papeles guardaba” Ignacio González o qué se puede escuchar en las grabaciones realizadas en su despacho: “De ahí puede salir de todo, incluso políticamente hablando”.

Mientras Cifuentes parece llamada a regenerar el PP de Madrid, hay varias lecturas, según la periodista. “La primera, la que hacen Esperanza Aguirre o sus 'ranas', es que ella no es una recién llegada, sino que estaba ya ahí con Alianza Popular. Siempre ha estado ahí y, por lo tanto, no puede ser completamente ajena a los tejemanejes que se traían sus dirigentes”.

A esto hay que sumar que Cifuentes “no tenía opción de tapar nada una vez que le pidieron los documentos” y que tiene “una inquina personal hacia González”, que va más allá de lo político, y con Aguirre, “de la que se ha despedido primero con un comunicado plagado de reproches y después con un mensaje de móvil”.

Otra de las lecturas que hacen en Génova, según Pardo, es que “si no consiguen establecer un cordón sanitario en torno a Cifuentes, se pondrá en riesgo la propia supervivencia del PP autonómico como alternativa de gobierno.” El PP necesita “exhibir a alguien a quien puedan presentar, con la que está cayendo, como limpio de polvo y paja para armar el discurso de que en Madrid no han sido todos iguales”.

“Si en Génova logran que las personas de confianza de Cifuentes terminen la legislatura sin problemas judiciales y logran que cale entre los votantes que ella es diferente, se abrirá otra guerra no menor: la de los compañeros de partido, siempre mucho más peligrosos que la oposición. No hay nada como tener buena prensa para que se despierten los instintos asesinos de los propios”, señala la periodista.

Todo con el objetivo de la Gran Sucesión, la de Mariano Rajoy, quien “no tiene prisa por jubilarse y mudarse a Pontevedra a jugar a la petanca”. Pero cuando eso llegue, pueden destaparse grandes luchas, porque “las que aspiran siempre están ahí, al acecho. Y tres, también aquí, son multitud”, señala Pardo, en alusión a las tres candidatas: Cifuentes, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal.