Ignacio González acabó sus días como un apestado político. O, al menos, esa es la imagen que ha intentado trasladar el Partido Popular, alegando que le impidieron no sólo ser candidato a presidente de la Comunidad de Madrid, sino también estar en las listas para ser diputado de la Asamblea. Una expulsión que ahora han retomado en Génova como prueba de que dieron acuse de recibo al chivatazo de Jesús Gómez, diputado regional del PP, de que González tenía una cuenta bancaria en Suiza, aunque no quisieron acudir a la Justicia.

Después de su marcha, González no tomó la alternativa de Esperanza Aguirre, que hubiera pasado por solicitar su reinserción en la función pública, dado que tiene plaza de funcionario en el Ayuntamiento de Madrid donde gobierna Manuela Carmena. En cambio, se volvió a dar de alta como abogado y abrió un despacho en la calle Alcalá desde el que nunca ha ejercido, pero que habría usado para hacer presión y ofrecerse como comisionista a varios empresarios, según la Operación Lezo.

Pero esta condición de apestado, por lo visto, no le impidió tener acceso al teléfono móvil del ministro de Justicia, Rafael Catalá. De hecho, el ministro incluso le contestaba a sus mensajes y le deseaba lo mejor: "Gracias Nacho. Un fuerte abrazo. Ojalá se cierren pronto los líos".

De hecho, González se jactaba ante Eduardo Zaplana de poder hablar con el ministro, a quien llamaba Rafa, en una conversación intervenida por la Guardia Civil: "Si sale Moix es cojonudo, es un tío serio y bueno, yo no soy quién, dice González, pero no me corto en decirle a Rafa: Oye Rafa, ¿sabes? El aparato del estado y los medios de comunicación van a aparte: o los tienes controlados o están muertos".

Cómo ha conseguido González el teléfono de Rafael Catalá es un asunto que podría tener su respuesta en el pasado, mucho antes incluso de que el ahora inquilino de la cárcel de Soto del Real tuviera tiempo de poner sus manos sobre el Canal de Isabel II.

Para entenderlo hay que remontarse al año 1996, en concreto al 10 de mayo de entonces, cuando José María Aznar llega a la Presidencia del Gobierno y nombra a Ignacio González como subsecretario de Estado de Educación de la ministra del ramo, Esperanza Aguirre, con quien ya había colaborado en el Ayuntamiento de Madrid. En el año 1999, González se convierte en secretario de Estado de Administraciones Públicas, bajo los mandatos ministeriales de Ángel Acebes y Jesús Posada.

En paralelo, Rafael Catalá es nombrado el 5 de mayo de 2000 subsecretario de Hacienda, cargo en el que está hasta julio de 2002, el mismo mes en que pasa a ser secretario de Estado de Justicia e Ignacio González es nombrado delegado del Gobierno de Extranjería que, pese al nombre, sigue teniendo el rango de una Secretaría de Estado.

De esta manera, a lo largo de más de tres años (desde mayo del 2000 hasta e noviembre de 2003, cuando Ignacio González se convierte en portavoz del Gobierno en la Comunidad de Madrid), el ahora presidiario y el ministro de Justicia compartieron el mismo rango de subsecretarios o secretarios de Estado.


Rafael Catalá e Ignacio González, en el homenaje a las víctimas del 11M de 2015. madrid.org

Esto les dio la oportunidad de sentarse juntos durante tres años, cada miércoles, en la llamada Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios que se encarga de organizar el orden del día del Consejo de Ministros que se celebra dos días después.

La Ley 50/1997, de Gobierno, en su artículo 8 establece que la “Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios estará integrada por los titulares de las Secretarías de Estado y por los Subsecretarios de los distintos Departamentos Ministeriales”. Y también podrán acudir “aquellos altos cargos con rango de Secretario de Estado o Subsecretario que sean convocados por el Presidente”, es decir, Ignacio González en su etapa desde 2002 a 2003.

Por cierto, según la misma ley, el encargado de presidir las reuniones de esta Comisión es el vicepresidente del Gobierno, en concreto, el que lleva la rama política. ¿Y quién fue el vicepresidente político del Gobierno entre 2000 y 2003? Don Mariano Rajoy Brey.

Tres años, a razón de una reunión cada miércoles, da un saldo de unas 150 reuniones semanales, que es tiempo más que de sobra para intercambiar teléfonos y labrar amistades para toda la vida. Que son las más importantes.