Las formas de algunos diputados españoles han suscitado críticas desde los sectores más tradicionales del hemiciclo. El vocabulario, la vestimenta, incluso el peinado han sido motivo de polémica. Hace apenas una semana, Ana Pastor, señaló que el Congreso no era un tendedero después de que varios diputados de Unidos Podemos hubieran colgado camisetas reivindicativas coincidiendo con el Día Mundial del Agua.  

Por otra parte, Antonio Hernando advertió el otro día a Podemos diciendo que no se podía utilizar el Congreso como un circo para montar un numerito. ¿Se acordará del día en el que intentó agredir a Alfredo Pérez Rubalcaba?. A pesar de lo lamentables que pueden parecer numerosas actuaciones, en España nunca se ha traspasado la línea de agresión física. Muchos son los países donde sus políticos han llegado a las manos, convirtiendo el Congreso en un ring de boxeo. Las maneras de los diputados criticados en España no dejan de ser, como el grupo de ska, hechos contra el decoro.