Al menos 449 millones de euros se gastan cada año en las fiestas populares de España. Buena parte del presupuesto que los Ayuntamientos manejan para programar sus actividades festivas va destinada a los espectáculos musicales. Con la venta de los discos desplomada por la piratería y la difusión por internet, los conciertos se han convertido en el motor de ingresos de un sector inmerso en una profunda crisis. En este contexto, los municipios se han convertido en la salvación para muchos artistas, que pueden seguir viviendo de la música gracias a las miles de fiestas que se programan, principalmente en época estival, en todos los rincones de España.

Tanto es así que uno de los principales promotores de conciertos en España reconoce a ELPLURAL.COM que si no fuese por la contratación pública, muchos artistas se habrían visto obligados a buscarse otros trabajos al margen de la música. “Exceptuando cuatro o cinco autores, la mayoría del sector sobrevive gracias a las fiestas de los pueblos. Si a un grupo no le contratan los concejales de Cultura, está muerto”, explica a este periódico el promotor, que prefiere mantenerse en el anonimato.

Prueba de ello es que uno de los objetivos fundamentales de los ‘managers’ consiste en contactar con los ayuntamientos para convencerles de los beneficios de contratar a sus representados. Tarea que no es sencilla si a quien se representa es a Kiko Rivera, el hijo de Isabel Pantoja, que desde hace un par de años vive de su faceta como ‘dj’.

Kiko Rivera y ‘la Pantoja’

“Es uno de los Dj´s más destacados de la escena comercial española. Su música ha sonado en todos los rincones del planeta, hecho que le ha llegado (sic) a ganarse un público muy fiel y entregado en sus actuaciones”, escribe Miguel Huerta, el representante de Kiko Rivera, en un correo electrónico que en las últimas semanas ha enviado a múltiples localidades españolas.

 

Huerta expone que el último trabajo musical del hijo de Isabel Pantoja ha alcanzado los 4 millones de reproducciones. En su opinión, Kiko Rivera ha conseguido un doble disco de oro, acumula varios ‘números uno’ en su trayectoria discográfica y es “el artista de moda”. Pese a ello, los municipios son reticentes a contratarle.

En gran medida por sus problemas con Hacienda, los Ayuntamientos tienen miedo de contratar al hijo de Isabel Pantoja. Y es que todavía está reciente la polémica que se originó en el municipio de Alcantarilla por los 10.000 euros de dinero público que pagaron al polémico dj. Noticias como “Un Ayuntamiento paga 11.000 euros a Kiko Rivera mientras apenas destina 5.000 euros a las familias necesitadas” plagan la hemeroteca. Hace tres años la presión ciudadana consiguió suspender el concierto que Rivera iba a ofrecer en Medina del Campo.

Algo similar a lo que le ocurrió a su madre cuando en 2007, el Ayuntamiento de Madrid, entonces gobernado por el Partido Popular, contrató a Isabel Pantoja,  para las fiestas de San Isidro. Su implicación en el ‘caso malaya’, por el que la tonadillera ha llegado a ingresar en prisión, le ha cerrado las puertas en las fiestas de los pueblos.

Escándalos judiciales que afectan a la contratación pública y que pueden poner en riesgo la trayectoria musical de un grupo musical. “Hay artistas que este verano no actuarán en las fiestas municipales, por mucho que triunfen en los escenarios”, explican desde la industria musical a este periódico.

Taburete no actuará en las fiestas

Posiblemente el ejemplo más significativo de esta especie de ‘boicot’ lo representa Taburete, el grupo musical que lideran el hijo de Luis Bárcenas y el nieto de Díaz Ferrán. Pese a que acaban de llenar dos días la mítica sala ‘La Riviera’ , es muy improbable que el grupo forme parte del cartel de alguna fiesta de pueblo. 

“Sí que es cierto que para tocar tanto en festivales como en fiestas organizadas por Ayuntamientos los promotores ese echan para atrás… la mano negra”, llegaron a explicar en su día desde Taburete, en un encuentro digital con los lectores de ‘El Mundo’, en el que se preguntó al grupo musical si les afectaba los escándalos judiciales de sus familiares.