Algo ha cambiado en Podemos. Con la victoria de Pablo Iglesias frente a Íñigo Errejón y sus afines en Vistalegre II, la formación morada ha vivido algo más que un intercambio de cromos. Un lavado de cara que se ha traducido no solo en un cambio de rostros en el Consejo Ciudadano Estatal, sino en un viraje mucho más profundo: una permuta de estrategia.

Todos recordamos la imagen amable que pretendía mostrar Podemos durante la campaña de cara a los comicios del 26J. Bajo el lema La sonrisa de un país, dedicó todos sus esfuerzos a cambiar el tercio de la percepción pública de Podemos. La formación morada nació como partido protesta y, mediante la estrategia diseñada por Íñigo Errejón, trataron de ofrecer una imagen más amable que inculcara confianza. De hecho, el exportavoz -ahora secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político-, entiende que es la hora de dejar de “dar miedo” porque “el reto” ahora es “seducir a la parte de nuestro pueblo que sufre pero aún no confía en nosotros”.

Esta idea fue publicada por Errejón en su perfil oficial de Twitter. Un mensaje que provocó la reacción de Pablo Iglesias y generó una discrepancia pública que bien puede calificarse como el preludio de la ciclogénsis que ha vivido Podemos durante los últimos meses

 Dos concepciones de partido sintetizadas en 140 caracteres. Errejón quiere un Podemos que continúe con el modelo populista de Ernesto Laclau, conformando un electorado (endogrupo) cuyo único denominador común es que sus demandas no han sido satisfechas: un Nosotros desprovisto de carga ideológica (como bien puede desprenderse de su discurso en la ponencia de su documento político en Vistalegre II). Una visión que confronta con la de Pablo Iglesias, quien aboga por ideologizar el endogrupo generado mediante el modelo de Laclau. De hecho, desde ELPLURAL.COM recordamos uno de los numerosos vídeos en los que Iglesias critica la izquierda clásica, una época ya harto olvidada para el secretario general, que ha rotado sobre su propio eje y ha cambiado de opinión.

Podemos saca los dientes

La estrategia más amable de cara al 26J fue diseñada por Íñigo Errejón y, como los resultados no cumplieron las expectativas generadas y el sorpasso no solo no se completó, sino que Podemos perdió un millón de votos, el por entonces portavoz fue duramente criticado.

Ese fue el punto de inflexión de Iglesias, el momento clave que a la postre ha precipitado el cambio de Podemos. El discurso de cierre de campaña del secretario general aún incluía ápices del modelo de Laclau. Unos vestigios ahora inapreciables. Y es que, la cara de Podemos ha cambiado. La sonrisa que otrora diseñara Errejón ha dejado paso a un Pablo Iglesias que enseña los dientes más que nunca. Buena prueba de ello el nuevo significante vacío “trama”, el sustituto natural de “casta”. Una mutación cuyo objetivo es ahondar en el descontento de los electores. Para ello, Iglesias ha bombardeado las redes sociales con esta nueva estrategia focalizada en denunciar la trama (tal y como puede observarse en el mensaje enviado a través de Telegram).