Tras su remplazo como fiscal de Murcia tras haber imputado al presidente popular de esa comunidad, Manuel López Bernal ha denunciado haber sufrido presiones e incluso que existen intereses entre las altas esferas para que no se investiguen determinados temas.

Mientras que Bernal ha asegurado que en España "se persigue más a los fiscales que a los corruptos", el ministro de Justicia, Rafael Catalá, se ha limitado a decirle que sus palabras llegan tarde. Cree que, si es cierto que el ya ex fiscal de Murcia ha sentido presiones o algún "problema" en el ejercicio de su trabajo, "debería" haberlo denunciado antes a la Fiscalía General del Estado para "ser tutelado en sus derechos".

Así, Catalá ha querido dejar claro que los fiscales tienen garantizada su "autonomía" y la Fiscalía General la garantiza por un procedimiento "siempre transparente". Es más, ha asegurado que en España las instituciones funcionan porque la Justicia "actúa cada día con independencia y profesionalidad y la Fiscalía General del Estado exactamente igual", de acuerdo con la Constitución y su Estatuto.

No hay purga 

Pero estas no han sido las únicas consideraciones que ha querido hacer públicas este jueves Catalá. Según ha dicho, no entiende que se esté hablando de purga por los cambios en la Fiscalía.

No se puede dar "esa imagen tan negativa" de los cambios porque es un "número de cambios muy reducido" por lo que estima que "dar esa imagen tan negativa no se corresponde con la realidad”. La verdad es que de los 35 puestos que estaban en la lista a renovar, se han cambiado 28. Sólo siete se han quedado sin renovar.