El Partido Popular lo ha vuelto a hacer. Si en abril de 2013 destruía a martillazos los discos duros del ordenador utilizado por su extesorero, Luis Bárcenas, en un caso flagrante de destrucción de pruebas, cuatro años después, en febrero de este año, las obligadas y lógicas imágenes de las grabaciones del XVIII congreso nacional del PP, celebrado recientemente en la “Caja Mágica” madrileña, han desaparecido, han sido borradas, o en boca del flamante coordinador del partido, Fernando Martínez-Maillo, “no existen imágenes”. Declaraciones realizadas tras la solicitud enviada a Génova por el compromisario conquense Francisco Risueño exigiendo a la dirección conservadora que un notario levantara acta de las imágenes de la votación y el recuento de las cartulinas.

Camino de los tribunales

Fuentes del entorno del abogado de San Clemente (Cuenca) aseguran a ELPLURAL.COM que a Francisco Risueño “solo le queda una salida: los tribunales”. En este sentido, el viernes expiraba el plazo fijado por el autor de la enmienda “anti-Cospedal” para tomar una decisión al respecto, y que no es otra que la vía judicial, si es que finalmente decide dar un paso más. “Todo dependerá de la respuesta del partido”, ha dicho estos días el compromisario, conocedor como es del escaso recorrido que puede tener su reclamación, ya que si no existen imágenes difícilmente podrá probar el supuesto “pucherazo”, fruto de las “dudas y controversias sobre la forma del recuento”, señala en el burofax enviado a Fernández-Maíllo, donde igualmente expone su “sorpresa y extrañeza” sobre el resultado de la votación de su enmienda; donde habrían emitido su opinión 640 de los 3.100 compromisarios, cuando “el plenario estaba lleno a rebosar”, comenta, aportando una foto de su intervención donde, efectivamente, el aforo está completo.

“No existe audio ni video”

La respuesta del partido ya la tiene en su poder, adelantada por Fernández-Maillo que en declaraciones a La Sexta confirmaba haber recibido el burofax, así como el envío a Francisco Risueño de la respuesta informándole que si bien había cámaras dentro de las cinco ponencias que se discutieron en la “Caja Mágica”, no estaban “funcionando”; o lo que es lo mismo, el coordinador del PP asegura que “no existe audio ni vídeo” de ninguna de las votaciones porque eran debates a “puerta cerrada”. Y no solo eso, considera que Risueño presentó la enmienda “anti-Cospedal”, seguramente, “por problemas o cuestiones internas que tienen que ver con Cuenca”, resaltando que, aunque en el texto se mencionaba explícitamente a Cospedal, cuando Risueño tomó la palabra no mencionó a la secretaria general. Entiende Martínez-Maillo que la enmienda hablaba de “incompatibilidades en general”, y que el texto se votó “democráticamente” y fue rechazado. El resultado de la votación, con un recuento a mano alzada, motivó las dimisiones de dos dirigentes del PP de Cuenca de sus cargos en la ejecutiva regional al considerar que fue “un pucherazo”.

Respuestas sincronizadas

Curiosamente, o no, la respuesta de la señalada por el “pucherazo”, María Dolores de Cospedal, es muy parecida a la ofrecida por el coordinador. La secretaria general del PP, también en declaraciones a La Sexta, aseguró que Risueño  “está en su derecho de pedir todo lo que quiera, él y todos los compromisarios”, para seguidamente poner en duda que existan grabaciones de ese momento, ya que se celebró a puerta cerrada, pero añadía que “si existen habría que darlas”. Cospedal ha repetido en varias entrevistas que no le da a esta enmienda excesiva trascendencia, porque la apoyaron poco más de 300 compromisarios, de un total de más de 3.000, además, considera lógico que si le preguntan a alguien cuántos cargos deben tener los políticos lo normal es que digan uno.

Cámaras provistas de memoria

Sea como sea, el caso es que las imágenes no existen; no hay pruebas que demuestren el “pucherazo”, a no ser que algún compromisario presente alguna fotografía explícita que recoja el momento de la votación. Sin embargo, lo más curioso de todo este asunto es que porque la intervención de Risueño fuera a puerta cerrada las cámaras no grabaran ni un solo minuto de esta votación, cuando, según testigos, los equipos funcionaban desde que se “encendían las luces hasta que se apagaban; viernes, sábado y domingo”. Equipos, por cierto, provistos de memorias externas que recogen el minuto a minuto y que no tiene sentido apagar las cámaras a no ser que se pretenda ocultar algo. Así que la “claridad y transparencia” demandada por Francisco Risueño en el documento enviado a Martínez-Maillo, se quedará en agua de borrajas y una vez más la sombra de la duda y de la sospecha perseguirá a Cospedal allá dónde vaya. Pero a eso ella ya está acostumbrada.