Hubo una época en la que Pablo Iglesias e Íñigo Errejón formaban un tándem idílico, una pareja de fantasía, una dupla de cuento de hadas. Pero algo ha cambiado. El secretario general y el portavoz ya no comparten estrategia política y las diferencias entre las facciones son evidentes: los errejonistas pretenden continuar con el modelo populista de Laclau para ensanchar Podemos, mientras que los pablistas apuestan por ideologizar su electorado. ¿Qué ha pasado? ¿Quién ha tenido la culpa de esta escisión?

"Un grupo de gente cantando La Internacional no va a transformar el país”

Si uno analiza los discursos políticos da con la clave: ha sido Pablo quien se ha desmarcado de Íñigo. De hecho, Iglesias, quien ahora pide carnet de pureza ideológica, fue uno de los más críticos con la izquierda clásica. En ELPLURAL.COM hemos dado con esclarecedor vídeo en el que el secretario general morado carga con extrema dureza contra la izquierda. Pero vayamos paso a paso para observar detenidamente el cambio que ha protagonizado Iglesias.

Madrid, 24 de junio de 2016, acto de cierre de campaña de cara a los comicios del 26J. En su discurso, Iglesias agradece a partidos y movimientos de izquierda tales como Izquierda Unida y el Partido Comunista que le acompañen en esta nueva andadura. Ese día afirmó que “todas las banderas, todos los colores, son bienvenidos al cambio político”, unas palabras muy parecidas a las pronunciadas por Íñigo Errejón este sábado en su defensa de su documento político: “[…] Es fundar un horizonte que dé confianza, que inspire coraje en los corazones de todo nuestro pueblo, venga de donde venga, haya votado lo que haya votado, haya sido traicionado por uno o traicionado por otros” aseveró Errejón. Aquel 24 de junio ambos parecían estar muy de acuerdo en no ideologizar Podemos con el prisma de la izquierda clásica.

En ese mismo discurso, Iglesias agradeció a Jorge Moruno -entre otros- que le ayudara a dar el paso. Y he aquí la clave de la ruptura entre errejonistas y pablistas. Moruno -responsable de argumentario en Podemos, ahora integrante del Consejo Ciudadano por la lista de Errejón- moldeó el discurso de Iglesias antes incluso de fundar Podemos. El objetivo era poner a la sociedad en barbecho para, una vez plantado Podemos, contar con los nutrientes necesarios para que la formación morada arraigara, echando raíces hondas y creciendo bien alto. La estrategia era clara: construir pueblo mediante la retórica y utilizando el modelo de Laclau. Sin embargo, de un día para otro, Iglesias decidió rotar sobre sí mismo y cambiar completamente de estrategia. Íñigo Errejón, Jorge Moruno y el resto de errejonistas continúan defendiendo las mismas tesis con las que nació Podemos, fue Iglesias quien se desligó.

Y para confirmarlo, como decíamos, ELPLURAL.COM ha tenido acceso a un vídeo de Iglesias criticando a la izquierda clásica y defendiendo lo que hoy sería el documento político de Errejón.

 “Lo de Podemos funcionó porque hicimos exactamente lo contrario a lo que la izquierda hubiera hecho”

Nada más empezar, Iglesias ya avisa: “Voy a coger el toro por los cuernos”. Continúa afirmando (en lo que parece una respuesta a una pregunta) que “creo que has dicho ‘a mí me gusta más un Pablo nítidamente de izquierdas que un Pablo capaz de obtener apoyos de mucha gente’ que a lo mejor a ti no te interesa. Has dicho también que lo fundamental para tomar el poder es la movilización. Yo digo que no”. “Lo de Podemos funcionó porque hicimos exactamente lo contrario a lo que la izquierda hubiera hecho”, asevera Iglesias en el vídeo, tirando el primer dardo envenenado.

Las palabras que más le retratan

“Es muy importante hacer autocrítica. A veces utilizamos fórmulas, con la mejor intención del mundo, pero que no funcionan. Tenemos que echar a la derecha juntándonos todos los de izquierdas. Yo digo ‘no’. No lo conseguimos así. Llevamos 30 años haciendo lo mismo para echar a la derechona, y la derechona cada vez está más fuerte. Y a veces tenemos que ser lo suficientemente laicos para entender que existe una mayoría social que puede que esté harta de nosotros. Me acuerdo perfectamente cuando empezó el 15M la molestia que tenían muchos militantes de izquierdas. Les molestaba. ‘Me van a contar estos niños a mí lo que es la indignación cuando llevo 30 años indignado’. Y es como ‘otra vez la izquierda que no entiende absolutamente nada’. ‘Voy con una bandera republicana al 15M y hay algunos que me miran mal’. Pues claro, porque es el pueblo de este país, porque hemos perdido siempre, porque nos han derrotado siempre. Y nuestros símbolos fueron derrotados, y nuestra manera de trabajar fue derrotada […].  Nos ganaron en todo. Un grupo de gente cantando La Internacional no va a transformar el país”.

El párrafo es absolutamente esclarecedor y denota la reticencia que tenía Iglesias a ideologizar Podemos. De hecho, llega incluso a afirmar que “me acuerdo del ridículo que hicimos cuando la Selección española ganó el Mundial. Unos cuantos de nosotros íbamos con España pero nos daba cosa salir con la banderita y tratamos de concentrar una concentración con banderas republicanas en Lavapiés. Hicimos el ridículo”.

Iglesias concluye el discurso de manera tajante: “Para una vez que tenemos la oportunidad de ganar es fundamental que no repitamos lo que nos hizo perder”. La pregunta que nos hacemos es: ¿Qué ha cambiado para que Iglesias ahora sí quiera ideologizar Podemos?