Vistalegre II ha echado el cierre con un hecho indiscutible: ha nacido un nuevo Podemos. El líder, Pablo Iglesias, tiene todo el poder y en los próximos días o semanas comprobaremos si los gritos de "Unidad, unidad" son realmente tenidos en cuenta por sus dirigentes. Comprobaremos si Iglesias tiene la inteligencia de integrar a los perdedores y si los errejonistas quieren integrarse. 

Cuando el grito "¡Unidad!" sustituye al de "¡Sí se puede!" 
Vistalegre II ha certificado algo más: la pérdida de gran parte de esa ilusión que llevó a los herederos del 15-M a verse conquistando los cielos. Algo se ha apagado dentro de Podemos, esa impronta de brillo, temeridad y cierta ingenuidad. Su llegada al poder (gobiernos municipales) y a las instituciones les llevó a debatir entre la estrategia de la calle o la de institucionalizarse, y ello derivó en una lucha fratricida de la que quizá pueden recuperarse, pero nunca volverán a ser lo mismo.

Cuando el grito atronador de los militantes de base a sus dirigentes es "¡Unidad, unidad!" es que algo han hecho mal. Ese grito sustituye al de "¡Sí se puede!" y resume mejor que ningún titular, discurso o análisis, lo que ha pasado en el partido morado. 

Los dichos y los hechos 

Los hechos: Iglesias ha ganado, es el único líder y los abucheos y silbidos de la plaza de toros cuando se pronunciaban algunos nombres como el de Errejón, Rita Maestre o Irene Montero evidencian que la división es profunda y con un punto de visceralidad. Ha habido vencedores y vencidos y las caras lo decían todo. 

Íñigo Errejón reflejaba el cansancio, el dolor y la decepción. Iglesias no estaba feliz. Su cara estaba más tensa que nunca. La comparación de la cara de Iglesias del Vistalegre I con la de este Vistalegre resume a la perfección lo que ha pasado. Al concluir su discurso, Pablo Iglesias se colocó entre Irene Montero y Rafa Mayoral. A ellos se abrazó. Esa es la foto de los tres que mandan a partir de ahora. 

Y finalmente la música. Tras el discurso del líder sonaron dos canciones de Silvio Rodríguez y Lluís Llach, pero las dos tristes. Iglesias afirmó que tiene un mandato de esta asamblea: Unidad y Humildad. Veremos.