“Como veis no he cambiado nada porque lo han hecho muy bien; se cambian las cosas cuando no funcionan”. Con estas palabras previsibles, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, ratificaba en la tarde del sábado a los miembros de la cúpula del Comité Ejecutivo que han venido trabajando desde los últimos dos años en Génova 13, con la salvedad de la recuperación de la figura del coordinador general que como ya se venía anunciando ha recaído en el vicesecretario Electoral y de Organización, Fernando Martínez Maillo, que llevará las riendas del partido, el día a día de la formación, y será el hombre fuerte de Rajoy en el PP en detrimento de María Dolores de Cospedal, que a pesar de mantenerse al frente de la Secretaría General pierde también el control territorial del partido, en manos de su “enemigo íntimo”, Javier Arenas, ratificado en la vicesecretaría general de Política Autonómica y Municipal, junto al que también repiten los otros vicesecretarios: Pablo Casado, Comunicación; Javier Maroto, Política Social, y Andrea Levy, Estudios y Programas.

Los 25 votos que salvaron a Rajoy

Y María Dolores de Cospedal sigue siendo secretaria general del PP, pero “secretaria florero, sin mando en plaza y sin altavoz para no perder visibilidad”, dicen fuentes “populares” consultadas por ELPLURAL.COM, asegurando, además, que es secretaria sólo por 25 votos que rechazaron limitar su acumulación de cargos (ministra, secretaria general, presidenta del PP manchego y diputada por Toledo). Por los pelos se salvó Cospedal de ser reprobada sus ansias de concentrar responsabilidades y nóminas, aunque, según los mismo interlocutores, quien ha salvado “el culo no es otro que Mariano Rajoy, que de haber salido adelante la enmienda anti-Cospedal habría tenido enfrente un papelón de difícil solución, después de que su decisión de mantener a Cospedal en la secretaría la tuviera adoptada y comprometida desde el mismo momento que la secretaria general aceptó la cartera de Defensa y entrar en el Gobierno para guardar así justo equilibrio de poderes entre ésta y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría”.

Primer enfrentamiento con Maillo

Fuentes que aseguran que la cohabitación entre Cospedal y el flamante coordinador, Fernando Martínez Maillo, se “antoja difícil y complicada, puesto que el carácter autoritario de Dolores choca, y de qué forma, con el talante dialogante y abierto de Maillo, que, eso sí, no pasará ni una a la secretaria florero”, al mismo tiempo que nos recuerdan que en la tarde del viernes ya hubo sus más y sus menos con Martínez Maillo, a quien la senadora y portavoz del PP en Castilla-La Mancha, Carmen Riolobos, reprochó no “haber hecho todo lo posible para eliminar la enmienda anti-Cospedal, como sí hizo con la gestación subrogada, retirándola del debate y eso que los compromisarios estaban igual o más divididos que contra la concentración de cargos”, añaden, “tal vez a Maillo le interesaba está polémica que ha causado gran revuelo y dimisiones”, además de acusaciones de “pucherazo” y “fraude democrático”.

Descontento en La Mancha

Lo que está claro es que a María Dolores de Cospedal no le saldrá gratis la enmienda contra su desproporcionada ansia de concentrar cargos, ni el rechazo que ha provocado en las filas del PP castellano-manchego, otrora balsa de aceite y coral de palmeros a favor de su presidenta regional, cargo que, con toda probabilidad abandonará para calmar las protestas que arrecian en tierra de Don Quijote, sobre todo en Cuenca, que a las dimisiones de los miembros del comité ejecutivo del PP de Castilla-La Mancha, Rogelio Pardo y  Pedro José García Hidalgo, se han sumado otras voces de protesta como la del secretario de Sanidad del Comité Ejecutivo Provincial, Carlos Navarro; Gregorio Villamil, alcalde del pueblo alcarreño de Cañaveruelas y secretario a su vez de Agua y Municipios Ribereños, o la alcaldesa de Gascueña, María del Rosal Martínez, que piden que se termine con la acumulación de cargos “sin excepciones” en el partido, ya que “es un clamor dentro de la militancia”.

Críticas socialistas al “pucherazo”

Situación vivida en la Caja Mágica de Madrid aprovechada por el PSOE de Castilla-La Mancha, que en palabras de su portavoz, Cristina Maestre, “denota que a una parte importante de los militantes y cargos del PP no les gusta ese afán de la secretaria general por ostentar varias responsabilidades”. Maestre cree que es muy significativo que la enmienda “anti-Cospedal” haya sido rechazada por tan solo 25 votos de diferencia; “es decir, que un 47,41 por ciento de los compromisarios del PP ha dicho que no le gusta lo que está haciendo su secretaria general”, concreta. En parecidos términos se ha expresado su compañera, Blanca Fernández, portavoz del Grupo Socialista en las Cortes regionales, para quien resulta muy significativo que Cospedal, “que quiso dar un pucherazo electoral en Castilla-La Mancha cambiando la ley electoral a su antojo y sin ningún tipo de consenso”, ahora haya “dado desde el aparato del PP otro pucherazo para intentar mantener a toda costa sus cargos”, algo que por ahora ha conseguido.