Ni peligro de colisión, ni miedo a la ruptura. La división total y abierta en Podemos ya ha llegado a todos sus niveles a pocos días de celebrarse su segunda Asamblea Ciudadana para decidir el futuro de la formación. Sólo hay que escuchar las declaraciones que ha hecho el líder de Podemos Valencia y portavoz del grupo en las Cortes Valencianas, Antonio Montiel, quien ha comparado las prácticas de Pablo Iglesias con Franco y Saddam Hussein.

En un acto en la sede de la formación morada en Valencia, el dirigente abiertamente partidario de la corriente de Iñigo Errejón, ha arremetido contra el “cesarismo democrático” de su secretario general.

“Un secretario general, pero también un secretario autonómico, que podría perder una votación en el consejo ciudadano y directamente convocas a los inscritos, por tanto, se salta la organización y llama directamente al pueblo. Esto es una fórmula que en teoría constitucional se llama la forma plebiscitaria. Eso lo hacía Sadam, lo hacía Franco y lo han hecho otros personajes a lo largo de la historia”, afirma Montiel.

Intenta justificarse

Continuando con la conversación, el líder de Podemos en Valencia intenta justificar su comparación con los dos dictadores afirmando que estos utilizaban la “forma plebiscitaria” para justificar la dictadura, mientras que Pablo Iglesias lo haría para demostrar que “entre el líder carismático y el pueblo no hay nada”.

Después de publicarse el vídeo con su sorprendente comparación, Montiel ha intentado justificarse también por Twitter, donde ha asegurado que han sido unas declaraciones “desafortunadas” y que “nunca compararía a Iglesias con un dictador”.

Suma y sigue

Las palabras del líder valenciano son la enésima gota que ha llenado el vaso ya rebosante de un partido que con apenas tres años de vida se encuentra actualmente dividido entre dos corrientes encabezadas por sus caras más conocidas y que ya ha provocado hasta la salida de otra de ellas, Carolina Bescansa.

Los simpatizantes de Podemos ya pueden votar hasta el próximo fin de semana cual quieren que sea el rumbo del partido después del decisivo Vistalegre II, pero, con una división tan abierta en su seno parece difícil que de la Asamblea Ciudadana salga, a corto plazo, un partido fuerte y unido.