Jesús Sepúlveda, exalcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid) y exmarido de Ana Mato, es uno de los procesados que más está siendo señalado por otros acusados durante el macrojuicio de la primera época de la Gürtel. Francisco Correa declaró que era uno de sus interlocutores para conseguir contratos del PP y aseguró que le había regalado hasta tres coches. "Me das unas obritas y te compro un Land Rover", resumió sobre la 'amistad' Sepúlveda-Correa el exedil José Luis Peñas, denunciante de la trama y también juzgado. Sepúlveda se enfrenta a una petición fiscal de 15 años y 4 meses de prisión por haber recibido presuntamente de la trama Gürtel en seis años 546.457 euros. Según la Fiscalía, la mayor parte de esa cantidad la recibió en dinero, pero también le pagaron a él y a su familia viajes y fiestas de cumpleaños.

El nacimiento de una amistad
Durante su declaración en el juicio ha dicho que conoció al líder de la trama, Francisco Correa, en 1993 cuando este empezó a trabajar para el PP y que esta relación luego pasó a ser de amistad por el "roce" que tenía con él, ya que viajaban mucho juntos por trabajo. 
"Llegó un momento en que esa relación empezó a ser ya de amistad porque coincidíamos en muchos viajes", ha explicado. Su abogado le ha preguntado entonces por varios pagos que Correa le habría hecho a cambio de interceder en contratos públicos a empresas como Sufi, y Sepúlveda los ha negado. Así lo ha dicho a su letrado tras anunciar ante el tribunal que solo respondería a preguntas de su abogado, tras lo que la fiscal ha hecho ver que siempre se ha acogido a su derecho a no declarar en la fase de instrucción y por ello no ha querido consignar las preguntas que tenía preparadas para él.

Niega las comisiones...
Durante su comparecencia, Sepúlveda ha explicado que él formó parte del comité de campaña del PP cuando en 2003 se contrató a empresas de Correa para organizar la campaña electoral, pero ha negado haber cobrado 13.000 euros del líder de la trama por ese contrato. "No, no recibí nada", ha dicho. Ha defendido esta concesión afirmando que cuando las empresas de Correa presentaron su propuesta "tenían unos diseños muy modernos que en España se habían utilizado muy poco", y que una "parte importantísima" de la decisión de otorgarles la organización de la campaña fue el presupuesto que presentaron. "El presupuesto que era mucho mas bajo que el resto de las empresas", ha explicado al respecto

... y admite no haber abonado regalos
Ha admitido los regalos de la trama para las fiestas de cumpleaños aunque aseguró que "era simplemente una cuestión de unos globos". "Tengo que reconocer que en algún momento puede que algún viaje no lo abonara", ha confirmado también sobre los presuntos regalos de Pasadena, la agencia de Correa. Preguntado por si Ana Mato estaba al corriente de estos regalos, ha dicho no: "Le decía que lo haría, sacaba los billetes, se los daba y punto". Las empresas de la red Gürtel habrían pagado varios viajes a Sepúlveda y su familia, entre ellos parte de un viaje a Disneyland París en 1998 y otro a Dublín un año después a Ana Mato. Por estos hechos, considera a Mato "partícipe a título lucrativo" según la Fiscalía por haberse beneficiado de "regalos en forma de servicios turísticos" de la trama Gürtel entre los años 2000 y 2004 por una cantidad de 31.580 euros entre billetes de avión, tren y alquiler de coches y alojamiento en hoteles de España y del extranjero. Tanto estos regalos como otros pagos en dinero a Sepúlveda, sostiene anticorrupción, respondieron a su condición de senador y de alcalde o en atención a su posible intermediación en adjudicaciones públicas.

El Jaguar 'invisible': lo atribuye a trapicheos con el IVA
En cuanto a los coches regalados que admitió Correa, Sepúlveda ha admitido que el líder de la Gürtel le compró el Jaguar, ese del que Mato aseguró que desconocía su existencia a pesar de que estaba en su casa. El exdirigente popular ha enmarcado la compra de ese coche en una presunta financiación por parte de Correa: según él coincidió con el empresario en la puerta de la sede del PP el día que iba a comprar el coche y fueron juntos al concesionario. Una vez allí el empresario le propuso adquirirlo a nombre de una de sus empresas para "desgravarse el IVA" y él aceptó porque "se lo podría ir dando cuando pudiera a un amigo".