El Partido Popular ha rechazado, con su mayoría absoluta en el Senado, una moción del grupo de Unidos Podemos en la que quería instar al Gobierno a garantizar la neutralidad religiosa en los actos oficiales retirando los símbolos religiosos en las tomas de posesión del presidente del Gobierno y sus ministros.

La moción del partido morado, que se ha debatido en la Comisión Constitucional de la Cámara Alta, ha contado con el apoyo del resto de grupos (PSOE, ERC y Grupo Mixto) pero con el voto en contra del Partido Popular

Igual con otras religiones

Desde Podemos, su senador Joan Comorera ha defendido que en España no se cumple “el principio de neutralidad” que defiende la Constitución cuando se celebran actos de jura de altos cargos del Estado. “Estamos confundiendo la libertad religiosa en el ámbito privado con la actividad institucional”, ha defendido el parlamentario de Podemos, quien ha preguntado qué pasaría si un ministro pide jurar su cargo ante El Corán.

Desde el PP, la senadora Cristina Ayala ha presentado una moción alternativa defendiendo “el respeto a la pluralidad y la tolerancia en los actos personales”, que considera que son las tomas de posesión, así como en su decisión de tener “delante un crucifijo o no”.

Respondiendo también al senador de Podemos, la parlamentaria del PP se ha mostrado “convencida de que, si alguno de los ministros hubiera decidido tener una luna o una estrella de David, hubiera sido el mismo tratamiento”. A su juicio, las tomas de posesión se deben entender como “actos personales” y decidir tener delante una Biblia o un crucifijo es “un plus” de compromiso, poniendo como ejemplo la jura del presidente de EEUU, Donald Trump, sobre dos ejemplares de la Biblia.

Ha recordado que todos los presidentes de EEUU también juran sus cargos ante la Biblia y “nadie allí lo ve como algo oscuro y retrógrado, sino que se interpreta como un mayor compromiso”.

Defendiendo la aconfesionalidad

Por su parte, el senador socialista Antonio Julián Rodríguez ha indicado que “la aconfesionalidad debe implicar que los poderes públicos no deben tener símbolos religiosos en las instituciones y en actos públicos”, por lo que ha propuesto jurar simplemente ante un ejemplar de la Constitución.

Desde el grupo Mixto, María Teresa Rivero ha asegurado que “jurar el cargo de presidente del Gobierno delante de un crucifijo no aporta neutralidad a los poderes públicos” y cree que esa libertad “debe estar acotada al ámbito privado”.

Laura Castel, desde ERC, ha opinado que “las instituciones deben ser neutrales y todos esos actos son institucionales, no personales”.