El 14 de febrero, día en el que los enamorados celebran San Valentín e intercambian regalos que refrenden sus uniones emocionales, cuatro profesores y un activista de Guadalajara se sentarán en el banquillo de los acusados por haber tenido la osadía de protestar contra los salvajes recortes en educación llevados a cabo por María Dolores de Cospedal cuando presidía el Gobierno de Castilla-La Mancha (2011-2015), que dejaron en la calle a nada más y nada menos que diez mil profesores, precarizando la enseñanza, masificando las aulas y a la vez fomentando y apoyando a la educación privada. Temeridad que les puede llevar a la cárcel durante cuatro años si el tribunal que los juzga atiende la petición de la acusación particular.

Cinco años de enjuiciamiento

Los hechos juzgados ahora, cinco año y medio después, ocurrieron el 7 de septiembre de 2011 cuando tras una concentración en protesta por los recortes del Gobierno de Cospedal en la escuela pública organizada por la Asamblea de Interinos Docentes de Castilla-La Mancha, numerosos participantes decidieron trasladarse hasta el teatro auditorio “Buero Vallejo” de la capital alcarreña, irrumpiendo en pleno pregón de las fiestas patronales que ofrecía la escritora Almudena de Arteaga, siendo necesaria la presencia de la policía para desalojar a los activistas, sin necesidad de la violencia ni el uso de material antidisturbios, aunque, eso sí, el pregón fue suspendido.

¡Pobres policías locales!

Sin embargo, cuatro policías locales, entre ellos el jefe de la Policía Local de Guadalajara, ayuntamiento presidido por el polémico Antonio Román, uno de los hombres fuertes de Cospedal por aquel entonces, decidieron denunciar a los cuatro profesores y al activista por supuestas lesiones sufridas durante los hechos además de por desorden público y presunto atentado continuado contra la autoridad. ¿Por qué a estos cinco y no al centenar de profesores interinos que protestaban por el desmantelamiento de la escuela pública iniciado en 2011 por la secretaria general del PP en tierras de Don Quijote? Fácil, no se puede culpar a cien personas de pedir justicia social, pero si a cinco como chivos expiatorios de la protesta. En este sentido, Nacho Monreal, uno de “Los 5 del Buero”, como se llama la plataforma que pide la absolución de los profesores, recordó este sábado en Vallecas su posición expresada “por activa y por pasiva: no me arrepiento de nada de lo que aquella tarde hice; protesté contra una violencia institucional que dejaba a cientos de compañeros recién contratados y que ya habían empezado a preparar el curso con nosotros, de nuevo en la calle”, añadió, “lo volvería hacer; va en mi ser, y tengo claro que en una democracia no puede ser delito la protesta social."

El juez Villegas apoya a los denunciantes

Sin embargo, Monreal y los otros cuatro se encontraron, ¡cómo no!, con la decidida oposición del juez Jesús Villegas, titular del Juzgado de Instrucción Nº 3 de Guadalajara que contra viento y marea decidió procesar a “Los 5 del Buero” por cometer el “gran delito” de protestar contra el desmantelamiento de la educción pública contemplado en la llamada “Dieta Cospedal”. Y lo que es más preocupante todavía, el magistrado Villegas hizo caso omiso de la petición sostenida de sobreseimiento de la causa por parte de la Fiscalía, que como no puede ser de otra forma no aprecia ninguno de los delitos que señala la acusación particular y que el juzgado ha hecho suyos. En este sentido, fuentes de la Audiencia Provincial de Guadalajara dan por hecho la absolución de los profesores, “sobre todo por el débil argumentario jurídico utilizado para su procesamiento”, concretan.

“Guadalajara, territorio comanche”

Y es que Guadalajara no es provincia para la protesta social, “es más bien territorio comanche, máxime si su subdelegado del Gobierno, Juan Pablo Sánchez Sánchez-Seco, ejerce más de comisario político del PP que de presentante del Gobierno (es secretario del partido en la provincia), o mejor dicho, de representante de Cospedal”, reconocen a ELPLURAL.COM fuentes socialistas, que dicen no entender por qué nadie en las filas populares llamó al orden al “maleducado” exteniente de alcalde del PP y senador Juan Antonio De Las Heras, que provocó con una “peineta” a las 600 personas que protestaban contra los recortes de Cospedal. Su chulesca actitud no recogió los “frutos perseguidos”, dicen las fuentes, “la ira y la respuesta de los manifestantes; nadie respondió violentamente, un gran fracaso para este individuo que ha sido premiado con una portavocía en la Cámara Alta”.