El reloj se puso en marcha el pasado 14 de marzo, cuando apareció en el Boletín Oficial del Estado “el cese, a petición propia” de Federico Trillo-Figueroa como embajador en el Reino Unido “agradeciéndole los servicios prestados”. De acuerdo a lo que marca la ley, a partir de ese momento, el interesado tiene 30 días para solicitar su reingreso en la que es su carrera profesional. Recordamos, Trillo es Letrado Mayor del Consejo de Estado. La solicitud no ha llegado..., aún. 

Incómodos reencuentros

La situación, sin embargo, no es simple. Y es que “el cese, a petición propia” del ya exembajador se aceleró, como es sabido, precisamente por un dictamen del propio Consejo de Estado al que ahora tendría que volver, en el que se responsabilizaba a su gestión al frente del ministerio de Defensa del accidente del Yak-42 que costó la vida a 62 militares españoles. Un dictamen, hay que recordar, que contó con el apoyo unánime de los consejeros, incluido por tanto el de su presidente, Romay Beccaría, quien fue, como ministro de Sanidad, compañero en el Gobierno del propio Trillo cuando se produjo el accidente.

En el Consejo de Estado, según ha sabido ELPLURAL.COM, la espera de que se produzca la solicitud de reingreso de Trillo provoca por igual expectación e incomodidad. Como decimos, quedan menos de cuatro semanas para que el exministro decida si ejerce el derecho que le asiste a volver a un cargo que dejó nada menos que en 1989, cuando se inició su carrera política, y al que había accedido diez años antes, en 1979.

Alrededor de 6.000 euros mensuales

Esta ‘incomodidad’ se alimenta por muchos factores. Uno, el apuntado de la unanimidad del rechazo a su gestión como ministro de Defensa. Pero es que además, por Trillo no sería en ese territorio comanche para él un letrado más, sino que por la antigüedad que ha ido acumulando, aun estando en servicios especiales por sus diferentes cargos como diputado y en el Gobierno y la Administración, regresaría como letrado mayor decano del Consejo de Estado. Un cargo que en una entrevista en la COPE el pasado 5 de enero calificaba de “una plaza muy bonita”.

En su nuevo puesto, por el que según hemos sabido, vendría a percibir entre 5.500 y 6.000 euros brutos mensuales, Federico Trillo-Figueroa coincidiría además, otro asunto que no deja de resultar llamativo, con una de sus hijas, que siguió ‘la vocación paterna’ y que también es Letrada del Consejo.