Lo decía este sábado Beatriz Miranda en el periódico El Mundo, María Dolores de Cospedal tiene “un fondo de armario nada desdeñable y ha estrenado ropa últimamente debido a su nuevo cargo”. Y es aquí, en esta nueva imagen que ofrece la ministra de Defensa, donde las páginas cuché se han volcado para averiguar quién es el nuevo modisto que viste a la más glamurosa componente del Consejo de Ministros, que como una Marta Sánchez cualquiera visita a las tropas ataviada con una guerrera “low cost” que fácilmente podría ser de Zara, o deslumbra a generales y almirantes en la Pascua Militar luciendo un modelito que eclipsó al exhibido por la reina Letizia, y eso que la consorte de Felipe VI se preocupa, y mucho, por vestir con las últimas creaciones de los diseñadores más prestigiosos de España.

Un conquense en la corte madrileña…

El “sastrecillo valiente” en cuestión que se atreve a desafiar a los modistos de la alta burguesía y de la nobleza no es otro que un diseñador conquense que desde hace 40 años forma parte de la alta costura madrileña, a cuya corte llegó por casualidades de la vida, y que desde hace unos años se ha convertido en el vestidor de un buen número de mujeres que huyen de los astronómicos precios que fija la competencia. Eduardo Ladrón de Guevara, nombre del sastre de Cospedal, ha logrado lo que pocos han conseguido, convencer a la ministra de Defensa para reciclar modelitos de su madre y adecuarlos a los tiempos actuales, como fue el caso del lucido en la Pascua Militar, foco de todas las miradas que destacaban el vestido y la percha que, según Ladrón de Guevara, “tiene una talla 38”, tal vez, como dice el modisto, “porque no para y va como geisha por arrozal”.

…Amante de las ropas de las vírgenes

Eduardo Ladrón de Guevara es, además de un conquense de pro, con casa campera incluida en la localidad alcarreña de Priego, un amante de la imaginería semanasantera, autor, incluso, de una de las tallas que desfila en la Semana Santa de Cuenca, concretamente de Nuestra Señora de la Esperanza , donada a la Hermandad de Jesús Entrando en Jerusalén y Ntra. Sra. de la Esperanza y esculpida por el propio modisto, si bien dada su pobreza policromada tuvo que ser restaurada en Madrid, cuyos gastos también corrieron a cargo del diseñador. Y no sólo eso, Ladrón de Guevara se desplaza a la capital conquense los Domingos de Ramos para vestir personalmente a la virgen, que luce manto de terciopelo granate bordado de lises en oro y plata por las Clarisas de Burgos.

Modistos, vestidos y fotógrafos

El caso es que el vestido de Cospedal superó, con creces, al modelito de Felipe Varela que escogió Letizia para el “fiestorro” castrense. Por las caras de la reina se puede especular que no le gustara nada el traje lucido por la “talla 38 de Cospedal”, frente al suyo, que según los mentideros ya lo ha llevado puesto en otras ocasiones. Tal vez por eso, el fotógrafo de la Casa Real eludió publicar en la web de La Zarzuela las fotos en las que Cospedal saludaba a Letizia, o cuando ambas departieron. El caso es que sólo en la parada militar celebrada en el Palacio Real de Madrid se ven juntas, mientras que el resto de las instantáneas no recogen primeros planos de ambas, ya que siempre están solapados por la figura del rey o por militares. Cosas de la casualidad, o la “venganza” de Ladrón de Guevara con la reina, ya que cuando Letizia contrajo matrimonio con el entonces Príncipe de Asturias, en 2004, prefirió que el vestido de novia lo diseñara el turolense Manuel Pertegaz en sus talleres de Barcelona, cuando todo parecía indicar que sería el modisto conquense el encargado de vestir de largo a la nuera de Don Juan Carlos. Doce años después, la “venganza” se ha consumado.

Una estilista llamada Isabel

No cabe duda de que en estos momentos Eduardo Ladrón de Guevara es una de las personas más felices de la corte madrileña por haber eclipsado con su modelo a Letizia en su propio palacio, como así también debe sentirse la jefa de prensa de Cospedal, que a pesar de no haber tomado posesión como tal en el Ministerio de Defensa ejerce con mando en plaza. Isabel Gil, responsable de comunicación de la secretaria general del PP desde 2012, con nómina hasta ahora de Génova 13,  ha sido determinante para el cambio de look de la ministra que, además de tenerla como dircom, cuenta con ella como una acertada estilista. Nada que ver con los erróneos y nefastos consejos de su anterior jefe de prensa, Fernando Urrutia, cuñado, por cierto, del secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde.