La esperada comparecencia de María Dolores de Cospedal en la Comisión de Defensa del Congreso para explicar el dictamen del Consejo de Estado sobre el accidente del Yak-42 se ha convertido desde su inicio en un tostón burocrático. La ministra de Defensa se ha dedicado en la primera parte de su intervención a leer casi íntegro el dictamen y a recitar de corrido varias leyes.

En definitiva, la mezcla perfecta entre su conocido discurso sobre el “finiquito en diferido de Luis Bárcenas” y la intervención de Mariano Rajoy en el Senado para explicar sus SMS de apoyo al extesorero, visto que Cospedal ha utilizado sobre todo las expresiones “abro comillas” y “cierro comillas”. Mala combinación para las cuatro de la tarde y después de comer, a juicio de las caras somnolientas que tenían los diputados presentes, como el portavoz del PP, Rafael Hernando.

Sin embargo, una de las grandes novedades que nos ha dado la comparecencia de Cospedal es comprobar en directo su escaso nivel de inglés, algo que no había tenido ocasión de demostrar en su periplo por Castilla-La Mancha.

Pero otra cosa es ser ministro de Defensa, que tiene una proyección exterior y ciertas exigencias internacionales. Y no es un tema nuevo, porque uno de los más polémicos puntos sobre el nombramiento en su día de Federico Trillo como embajador de Londres (después de haber sido también ministro de Defensa) es que no sabía hablar inglés. Y por eso hubo que contratar un curso privado e intensivo sobre el idioma de Shakespeare y cuyo pago sigue siendo objeto de discusión.

De hecho, en 2012, recién inaugurado el “gobierno de los mejores” por Mariano Rajoy, este periódico hizo un repaso del escaso nivel de inglés que tenía el Consejo de Ministros, dado que sólo tres de sus integrantes se manejaban con uno de los idiomas más importantes del mundo.

José Manuel García Margallo, Pedro Morenés (entonces ministro de Defensa) y Luis de Guindos eran los únicos capaces de tener una conversación fluida en inglés en los muchos compromisos internacionales con los que tenían que lidiar.

Sin embargo, el Ministerio de Defensa vuelve a tener al frente a alguien incapaz de pronunciar un par de palabras en inglés. Y Cospedal ha dado buena prueba de ello en su intervención en el Congreso. “Idiomas, querida”, le exigía un espectador de la comparecencia en Youtube, en el canal del Congreso. Comentarios que han aumentado ante sus dificultades para pronunciar el nombre de la empresa contratista, Chapman Freeborn Airchartering. “Si seguimos acaba con un "Chamán bribón", comentaba otro espectador.