Esperanza Aguirre se convirtió en uno de los personajes de estas Navidades en Madrid por las desproporcionadas críticas que dedicó a las restricciones al tráfico en el centro de la ciudad tanto por las fiestas como en los días en los que se dispararon los niveles de contaminación. Cuando denunció estar "encerrada" en casa desató miles de burlas en las redes sociales, al igual que al tachar de "cochófobos" a los miembros de Ahora Madrid. 

La cruzada por el tabaco
Aguirre es reincidente en su defensa de los 'humos' y también en los problemas que le genera esa causa. Este 2 de enero se ha cumplido el sexto aniversario de la entrada en vigor de la conocida como Ley Antitabaco con la que el Gobierno de Zapatero impidió fumar en lugares públicos, una medida que tuvo mucha oposición en el sector de la hostelería y entre los productores de cigarrillos. Ahora se vive con toda normalidad el hecho de que no se pueda fumar en recintos públicos. En 2006 ya se produjo una primera ley en el mismo sentido aunque permitiendo habilitar zonas para fumadores. Aguirre, entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, inició toda una cruzada contra la ley.

La dirigente popular llegó a preparar su propia ley autonómica para suavizar la estatal, un torticero intento de hacer lo que le daba la gana que fue tumbado por la Justicia. En cualquier caso, se mostró laxa con el cumplimiento de las restricciones por ejemplo con muchos menos inspectores que otras comunidades y por tanto menos sanciones. No cejó en su empeño y como presidenta regional aprovechó el proyecto Adelson de Eurovegas -que quedó en una gran bomba de humo utilizada electoralmente por el PP- para retomar el intento de acabar con la ley antitabaco

"Prohíbe todo menos el burka"
Como ha ocurrido ahora con el tráfico, Aguirre presentó las restricciones al tabaco para defender a los fumadores pasivos como ataques a la libertad. "Zapatero prohíbe los crucifijos, el tabaco, las golosinas, todo menos el burka", llegó a denunciar.  Miembros del equipo de Aguirre, como el edil Percival Mangano, han empleado la misma táctica presentando como totalitarias las restricciones de tráfico.