El doble atentado con bomba cometido en la tarde de este sábado en Estambul ha dejado, al menos, 38 muertos y 166 heridos, tras confirmarse nuevas víctimas a los datos ofrecidos por el ministro del Interior de Turquía, Soliman Soylu, en una conferencia de prensa, y que situaba la cifra en 29 fallecidos, de los que 27 eran agentes de policía y dos civiles. 

Soylu anunció que ya han sido detenidas 10 personas en relación con esta acción terrorista, ocurrida cuando una bomba estalló cerca de un vehículo de transporte de policía situado frente al estadio del club de fútbol Beksitas.

Precisamente, buena parte de los agentes pertenecían a la dotación que rodeaba el recinto deportivo durante el partido que enfrentó a este club con el Bursaspor, y que había terminado un rato antes de la explosión.

Justo después de esto, un terrorista suicida se inmolaba en medio de un grupo de policías en el parque cercano Maçka.

Aún no se ha atribuido la responsabilidad del atentado, y un comunicado de Presidencia, citado por el diario Hürriyet, recuerda que Turquía ha sufrido numerosos atentados en los últimos años y que "el nombre y los métodos de las organizaciones terroristas no tienen importancia alguna". "Todas las organizaciones terroristas tienen el mismo objetivo de atacar nuestro país y nuestra nación, sean el PKK, el Dáesh o FETÖ", afirma, en referencia a la guerrilla kurda, el Partido de Trabajadores de Kurdistán, el Estado Islámico y la cofradía del predicador Fethullah Gülen, a la que se atribuye el fallido golpe de Estado de julio pasado.
En las redes sociales circulan vídeos del momento de las explosiones.