La actuación llevada a cabo por los diputados y senadores de Unidos Podemos y otros partidos nacionalistas durante la sesión de Apertura Solemne de la XII Legislatura en la que el rey Felipe VI ha hablado ante los diputados y senadores en el Congreso.

Durante su discurso, estos grupos parlamentarios no se pusieron de pie a la llegada del monarca ni lo aplaudieron en los momentos en que el resto de diputados y senadores sí lo hacían.

Esa misma tarde, en un debate organizado por el Club Siglo XXI con Antonio Miguel Carmona y Pablo Casado, éste recriminó duramente esta actitud, señalando concretamente el momento en que Felipe VI se refirió a las víctimas del terrorismo y los presentes en el Congreso le aplaudieron menos Unidos Podemos y los grupos nacionalistas.

Ante este hecho, Carmona estuvo de acuerdo por una vez en todo el debate con su interlocutor, y calificó a los parlamentarios que no habían aplaudido de “unos auténticos frikis y excéntricos de la política española”.

Bronca a Casado

El tema del debate, “¿a dónde va España?”, se ha ido por las ramas en muchas ocasiones, tocando puntos muy variados como la unidad del país, la sanidad o la economía, donde ha habido un debate entre la larga lista de cifras que daba Carmona y la visión positivista a la que apelaba continuamente Casado.

Ya llegando al final del coloquio, cuando a los moderadores se les han acumulado las preguntas del público, mientras los dos políticos alargaban sus respuestas conectando unos temas con otros irritando a los presentes, se ha planteado una pregunta sobre qué hacía y debería hacer el Gobierno para apoyar la cultura.

En este momento, el político socialista ha afirmado que se debería convertir Madrid, ciudad a la que él fue candidato a alcalde, en la capital de la cultura. Pablo Casado ha respondido a este argumento asegurando que los problemas con la cultura en España no serían tales si el PSOE no hubiese apoyado a Podemos y sus marcas en muchas ciudades de España en las elecciones municipales del 2015.

Ante esta respuesta, el público ha empezado a protestar, por lo que el dirigente popular ha insistido, por enésima vez en el debate, en que Carmona podría ser ahora alcalde de Madrid si no hubiese apoyado a Manuela Carmena y haber aceptado la propuesta de Esperanza Aguirre de apoyarle con los votos del PP. Este argumento ha caldeado aún más los ánimos ya que entre los asistentes al debate había tanto un nutrido grupo de simpatizantes de Carmona como de Casado.