Ya comentamos en este blog la decisión de Ada Colau de remunicipalizar el agua de Barcelona, que es una mancomunidad con los municipios colindantes. Ya advertimos que el contrato está en vigor y revertirlo costaría al ayuntamiento unos 800 millones porque la empresa privada ha asumido la mayor parte de las inversiones para que los barceloneses tengan agua universal y a buen precio.

Pero da igual… Ada Colau sigue ocultando estos pequeños detalles y prometiendo su municipalización. La decisión no tiene ninguna racionalidad económica y es únicamente una estrategia política. Colau aspira a ser presidenta de Catalunya y quién sabe si presidenta de España liderando Podemos. Su número dos, argentino próximo a Kichner, le ha dicho que esa estrategia funcionó políticamente en Argentina con la nacionalización de Repsol y Aerolíneas argentinas.

El resultado económico de la nacionalización resultó carísimo para los ciudadanos argentinos, que pagan la gasolina con el mayor margen de refino de todo América Latina y dan un subsidio público para que vuelen las clases medias y de negocios (y que les cuesta el 1% del PIB). Ese dinero se podía invertir en educación y garantizar que los niños en las provincias más pobres y en las villas miserias tuvieran tres comidas al día; los resultados en PIB futuro se multiplicarían por varias veces. Pero los populistas prefieren vender que los aviones y las gasolineras son públicas.

Ahora Colau y su guardia pretoriana van a por los servicios funerarios

El argumento de Ada Colau es que hay un oligopolio de ese sector en Barcelona y quieren crear un empresa pública para aumentar la competencia y bajar los precios, siguiendo el ejemplo del Madrid de Carmena. Si hay un oligopolio, el ayuntamiento debería denunciarlo en la CNMC, donde el presidente José María Marín está haciendo una gran labor. Tan buena que el PP quiere volver a cargarse la institución dividiéndola en dos -después de haberla unificado- con el único de fin de debilitar a Marín y entorpecer la lucha contra la competencia. El PP se parece a los peronistas ya que nunca ha creído en la competencia… Ellos son más de la Gürtel. Sorprendentemente, Luis Garicano y Ciudadanos les apoyan para reducir la efectividad en la lucha contra los oligopolios.

Este economista observador empezó sus días trabajando en el sector de seguros de decesos. Las compañías vendían un seguro que te organizaba el entierro y cuando fallecía el familiar, nos llamaban y nos encargábamos de todo. La compañía tenía acuerdos con funerarias con precios cerrados. Ya se había producido la liberalización y la funeraria de los Remedios de Colmenar Viejo empezó a dar servicios en la ciudad de Madrid.

Yo tenía orden de priorizar a los Remedios ya que sus precios eran la mitad que la empresa municipal de Madrid. Has leído bien: la mitad. La competencia permitió enterrar a nuestros familiares a la mitad de coste y que el precio de los seguros de decesos bajasen también significativamente. Pero sólo había un tanatorio en la M30 y era de la empresa municipal y si la familia pedía velar a su familiar en Madrid, nos veíamos obligados a contratar ese tanatorio.

Los Remedios compró un solar en el polígono industrial de Fuencarral -pueblo al norte de Madrid- y curiosamente el ayuntamiento de Madrid, gobernado por el PP, tardó más de diez años en darles la licencia. ¿Por problema técnicos? Claro que no. Lo hacían para proteger su monopolio que luego regalarían a unos amiguetes por una peseta y se forraron sacándolo a cotizar a bolsa por varios miles de millones de pesetas. Modelo Gürtel.

La nueva política está cometiendo errores que pensábamos que estaban superados y todas sus recetas, de momento, empeoran la vida de los ciudadanos que les votaron. Que Colau actúe por motivos políticos aunque tome decisiones que perjudiquen a sus vecinos es un desastre, pero tiene una lógica de beneficio personal. Lo que este economista no llega a comprender es que el PSC, que es el responsable de que Barcelona sea una de las ciudades más maravillosas y de mayor éxito del mundo, apoye esta agenda de Ada Colau y participe de todo este desastre.

El PSC es cuarta fuerza en Catalunya; sabemos que Iceta baila y chilla mucho en los mítines y de su congreso todo lo que ha trascendido es que siguen reactivos a la agenda independentista y que quieren legalizar la marihuana. Pero no ha habido ningún indicio de vida inteligente con propuestas para reducir el paro de los catalanes, mejorar la precariedad de los jóvenes y conseguir mejores servicios públicos, que son la prioridad de los votantes, incluso de los que fuman marihuana.