Esta vez, y se nota, Salvador Sostres en su artículo en el ‘ABC’ se siente a gusto al recuperar uno de esos temas en los que tanto se recrea: sus ataques (y menosprecios) al feminismo.

Lo llamativo es que lo hace a propósito de la victoria de Donald Trump aunque se centra en su esposa.

‘Una mujer como tú’ está ‘dedicado’ a Melania Trump y, por ende, a las mujeres que quieren dedicarse a la familia por encima de cualquier otra cosa. Evidentemente, lo de que la ya casi primera dama disponga de un personal de servicio que ya le gustaría a Isabel Preysler, por situarnos a un nivel ya elevado, no viene al caso.

Feminismo es “populismo y totalitarismo”

Inicia el autor su escrito diciendo que “el feminismo –que es un populismo y un totalitarismo– intentó, afortunadamente sin éxito, polarizar las elecciones americanas”.

Menciona que, a pesar de los intentos de Clinton de hacerse con el voto femenino, “las mujeres blancas votaron mayoritariamente al presidente, para asombro de los que intentan analizar la política americana desde sus prejuicios”. Sin saber si se refiere a las frases claramente misóginas del ya casi Presidente como “prejuicios”.

“Amorosa madre”

Tras esto, los elogios a Melania “amorosa madre de su hijo Barron, a la que se tiende a despreciar por su belleza y por la dedicación a su familia”, como si el resto de mujeres sin tantas posibilidades y guapura no pudieran ser “amorosas madres” y trabajar o, tal y como indica Sostres, “como si sólo se pudiera ser mujer al modo de las señoras Obama o Clinton”.

Pero lo mejor de todo es cuando el polémico articulista se suelta. Entonces asegura que “en su igualitarismo atroz, el feminismo ha tratado siempre de avergonzar a las mujeres”, en los casos en los que no están dispuestas a “competir” con los varones, obviando la opción de la libertad de elección.

Libertad para elegir

Esa libertad, para alguien que se define como liberal debería ser primordial, pero Sostres no la menciona en todo el artículo. Lo zanja con un rotundo, “como si dirigir una multinacional fuera más importante que criar a tus hijos, o sólo se pudiera ser una mujer «realizada» –ese concepto– según el concepto de «realización» masculino”.

“Tontas” y “traidoras a su género”

Para el autor del artículo, el “ejemplo” de Melania podría “inspirar a tantas mujeres a las que la dictadura del feminismo ha hecho sentir inseguras y desgraciadas”, porque viven una existencia que no desean “por la funesta vía de enfrentarlas a su instinto hasta convencerlas de que eran tontas, e incluso traidoras a su género, por querer dedicar su vida a ocuparse de su familia”.

Y entonces el cénit. Salvador Sostres recurre a una especie de caridad cristiana para decir que “contra la utilización de los colectivos como armas arrojadizas, el valor sagrado de la familia como la metáfora más hermosa de la más grande y compasiva América”; en efecto, con un presidente que para llegar a la Casa Blanca ha ‘tirado’ de compasión con los inmigrantes y, claro está, las mujeres.

Claro que, con las ‘buenas intenciones’ que se le presuponen a Sostres, olvida el columnista un dato fundamental a la hora de que una mujer pueda elegir: la conciliación laboral y familiar. Este concepto se encuentra entre los de difícil digestión por parte de una parte de la derecha.