Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, se convirtió el pasado sábado en el actor revelación de la investidura de Mariano Rajoy con un discurso que dejó de lado al presidente del Gobierno para centrarse en criticar “la traición” del PSOE.

Criticado por uno y elogiado por otros, él se sabe en el centro de los focos y el pasado domingo, un día después, volvió a repetir su discurso en un acto organizado por ERC, donde se convirtió en la estrella invitada.

Parte de su justificación para volver a leer el discurso viene por el hecho de que Ana Pastor, la presidenta del Congreso, no le dejó terminar de leerlo. La razón fue que Rufián, que suele hablar con un tono pausado, acabó agotando el tiempo del que disponía, por lo que dejó un par de frases por leer.

En concreto, en las que apelaba al grupo de Unidos Podemos y hablaba del monopartidismo ("Ahora es un sólo partido: PP, PSOE y el Frente Nacional Naranja, más fuerte, más reaccionario y más hegemónico...").

Aunque el portavoz de ERC defendió en Twitter que no había podido acabar el discurso porque había tenido muchas interrupciones, con lo que sólo había hablado durante tres de los cinco minutos a los que tenía derecho. Y lo demostró colgando el texto que llevaba escrito para ese lapso.

Sin embargo, quienes deseaban criticarle vieron ahí la oportunidad perfecta. Se considera falacia ad hominem aquella que intenta descalificar una afirmación en función de quién la dice. “Pepito dice que la Tierra es redonda, pero como Pepito no fue a la Universidad, la Tierra tiene que ser plana”, vendría a ser un ejemplo.

Es lo que han hecho algunos en las redes sociales para criticar el fondo del discurso de Rufián: fijarse en la forma. En concreto, gracias a un usuario que se ha tomado la molestia de corregir el discurso de Rufián, señalándole las faltas de ortografía y poniéndole, con humor, un suspenso como nota.

Presto a recoger el guante ha estado Eduardo Inda y su medio, OkDiario, que se han hecho eco de la corrección, bajo el titular: “Las redes sociales suspenden en gramática y ortografía al separatista Gabriel Rufián”.

En el texto se incide en que Rufián es “diplomado en relaciones laborales y activista independentista” y se esquiva el argumento de que eran dos folios preparados para leer en público, y no un comunicado o una redacción del colegio, así: “Si bien en un principio pertenecería a su ámbito privado como ayuda para ser leído en el hemiciclo, se convirtió en público cuando fue el propio Gabriel Rufián quien quiso publicitarlo en las redes sociales”.