El portavoz del Partido Popular, Rafael Hernando, nunca defrauda, y menos en sus intervenciones en el Congreso de los diputados ahora que está Podemos en él. Este jueves, en el segundo día de la sesión de investidura de Mariano Rajoy no iba a ser menos, pero nadie se esperaba la reacción del grupo encabezado por Pablo Iglesias.

La tarde empezaba en el patio de la Cámara Baja con el ambiente cargado de apatía después de las intervenciones de la mañana y las que aún faltaban por llegar. Algunos de los diputados también salían a tomar el aire y a fumar, aprovechando para llamar por teléfono o charlar con los periodistas en pequeños corrillos informales.

Conforme llegaba el momento de la votación y caía la luz en Madrid, medios gráficos y redactores se colocaban cual muralla para, limitados por la policía, saltar ante cualquier diputado que saliese con ánimo de hacer declaraciones.

Dentro, en las oficinas de la prensa, la gente seguía el debate por las pantallas escuchando a Rafael Hernando acusar a Pablo Iglesias de estar “a la venta de dictadores”, y repetir muchas veces la palabra Venezuela.

Brusco despertar

El momento que ha despertado de su letargo a todos los periodistas se ha producido cuando el portavoz del PP ha acabado de hablar y el líder de Unidos Podemos ha pedido la palabra por alusiones, pero la presidenta Ana Pastor no se la ha concedido. Discusión a gritos, reprobación y negativa de Hernando a retirar sus palabras después, parecía que el presidente Mariano Rajoy se disponía a hacer su última intervención cuando todos los diputados de Podemos se han levantado de sus escaños y han abandonado el hemiciclo, y con ellos todos los periodistas sus asientos.

Desde todos los puntos de las oficinas de prensa los periodistas se han lanzado a la carrera para salir al patio donde los que habían visto la discusión del debate por las pantallas se lo contaban a los que se encontraban allí y miraban a los recién llegado con cara de incredulidad y tensión ante lo que podía estar a punto de pasar.

Las teorías sobre lo que podía suceder si todos los diputados de Podemos no se encontraban en el momento de la votación se han disipado cuando un responsable de prensa de la formación morada ha salido al patio a anunciar que no iban a faltar a decir “no” a Mariano Rajoy  y que, al acabar la sesión, harían declaraciones ante lo ocurrido.

La procesión del silencio

Media hora después y con el “no” al presidente en funciones ya confirmado, los diputados han empezado a salir del hemiciclo en medio casi del absoluto silencio. Con un cordón policial limitando a la montaña de periodistas y cámaras, Sánchez el primero, Iglesias el segundo, han pasado sin abrir la boca por el pasillo formado entre un edificio y otro. De la misma manera lo han hecho otros muchos diputados, mientras un redactor comentaba que la estampa parecía “la procesión del silencio”.

Los únicos que se han parado a hacer declaraciones a los medios en el patio han sido Pablo Casado y el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García Margallo. Tras ellos ha salido el candidato Mariano Rajoy que, como el día anterior, no se ha parado y se ha montado directamente en el coche oficial.

Después de esto, el patio del Congreso, lleno de tensión y silencio por escasos 15 minutos, ha vuelto al letargo que había tenido el resto de la tarde. El bullicio se encontraba ahora en las salas de la prensa donde los dirigentes de Podemos atendía a los distintos medios explicando su acción en el Congreso y que habían presentado una queja ante la Mesa por la aplicación, a su juicio, errónea y partidista que había hecho la presidenta Ana Pastor del reglamento de la Cámara.

Tendremos que esperar hasta el sábado para saber si la presidenta del Congreso hace alguna alusión al altercado durante el pleno de este jueves, o si así es por parte de Pablo Iglesias o Rafael Hernando aunque, visto el ambiente entre Podemos y el PP, podría parecer que al partido de Mariano Rajoy le interesa erigir a la formación morada como la cabeza de la oposición.