Aún no ha llegado, pero la fiesta del 12 de octubre de este 2016 ya ha hecho correr ríos de tinta, ya sea por el plante de Pablo Iglesias o por órdago del Gobierno de la CUP en Badalona de abrir las oficinas, finalmente tumbado por el juez.

En Madrid, el duelo lo protagonizan a golpe de bandera la alcaldesa Manuela Carmena y la portavoz del PP en el Consistorio, Esperanza Aguirre, que ha animado a través de un vídeo "a todos los madrileños y a todos los españoles" a que "cuelguen de sus balcones la bandera de España. Y que no hagan cosas raras como hemos visto que ahora hace la señora Carmena".

Esa “cosa rara” a la que se refiere Aguirre que ha hecho la alcaldesa de Ahora Madrid es colocar la bandera indígena conocida como wipala, compuesta por cuadrados de múltiples colores, en el balcón de la Junta del Distrito Centro de la capital.

El uso de esta bandera, desconocida para muchos, no tiene un simbolismo menor, ya que acompaña a la crítica hecha desde Unidos Podemos y sus confluencias al Día de la Hispanidad.

“El día de la patria debería unir a todo el país. No todo el mundo se identifica con esta fiesta”, señaló Irene Montero, portavoz adjunta de la formación morada en el Congreso. Opinión compartida con En Marea, desde donde tacharon la festividad de “franquista” y que es “bastante triste” que se celebre “la masacre de miles de personas”, en referencia al colonialismo español en América del Sur.

La colocación de esta bandera indígena por parte de Ahora Madrid, y su anuncio en Twitter, ha recibido la respuesta del Grupo Popular en el Ayuntamiento, mostrando que ellos preferían colgar en sus oficinas la bandera rojigualda.

Desde el Gobierno, además de promover la actuación judicial ante la decisión del Ayuntamiento de Badalona de abrir este miércoles, el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, ha echado más leña al debate cargando con dureza contra los críticos con la fiesta: “Hablar de genocidio cultural solo se puede hacer desde la más absoluta indigencia cultural porque, que yo sepa, en la América española no hay reservas de indígenas”.