Este 21 de octubre se conmemora el Día Internacional del Ahorro de Energía. El origen de esta fecha es un poco incierto. Así las cosas, hay quienes apuntan a que el día fue incluído en el calendarios de lo importantes en 2012 por el Foro Energético Mundial. En cualquier caso, lo más importante no es el cuándo, sino lo que se celebra y, hay que decir, que lo cierto es que se va ganando conciencia en la importancia del ahorro de energía, asociado en cierto modo también al cambio climático.

Los gobiernos, a una contra Putin

La gente se echa a la calle con frecuencia para reclamar una mayor solidaridad con estos aspectos y lleva a cabo pequeños gestos que los hacen posible. Dos ejemplos claros de esto último son las iniciativas que se realizan como la Hora del Planeta, que se celebra el último sábado del mes de marzo y consiste en un apagón eléctrico de carácter voluntario y una hora de duración. No menos llamativo es, aunque éste tendría más que ver con el cambio climático, el Fridays for Future (Viernes por el futuro) que, bajo la batuta de la activista Greta Thunberg, sale cada viernes por todo el mundo a recordar que no hay planeta B.

La situación se torna más complicada este año por culpa de la guerra de Ucrania, que ha promovido que los precios en la factura de la luz o el gas se tornen, en ocasiones, insostenibles. Los países lo saben y también tratan de llevar a cabo movimientos en esta dirección. En el caso de España los esfuerzos alcanzaron su máxima expresión en el Decreto de Ahorro Energético al que la oposición se opuso y que, en el caso concreto de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, llevó a los tribunales. Sin embargo, y pese a lo complicado de la situación actual, todos podemos colaborar, con pequeños detalles, para que el ahorro energético se produzca.

Es imprescindible consumir energía en los hogares con el fin de poner en funcionamiento los diversos electrodomésticos de los que se disponga, que, hoy en día, son indispensables para casi cualquier actividad. De hecho, el consumo energético en las viviendas españolas se está incrementando a un ritmo frenético, debido también al aumento del bienestar. Para evitar este contexto de gasto y fomentar ahorro en el consumo y las facturas, se recomienda seguir una serie de consejos que atañen a diferentes aparatos que toda persona tiene dentro de su casa.

Pequeños actos ciudadanos

El primero de estos se debería aplicar antes de la compra del artículo en cuestión. Es verdad que lo primero que se mira siempre es el precio, ya que la adquisición dependerá de lo que se pueda desembolsar en ese momento; también se suele echar un vistazo a la potencia, pero el factor más importante es el consumo eléctrico. Todos los electrodomésticos deben llevar por ley unas pegatinas que certifiquen su eficiencia energética. Por ejemplo, son mejores frigoríficos A+++ que cualquier otro que no tenga dicha inscripción, ya que ésta asegura el mínimo consumo, que supondrá mayor ahorro y más respeto con el medio ambiente. Una vez elegido el modelo, es importante colocarlo lejos de cualquier fuente de calor como puede ser el horno o el radiador y, preferiblemente, apartado de la radiación solar directa. También deberá limpiarse su parte trasera con cierta frecuencia, puesto que si se encuentra en malas condiciones puede llegar a consumir hasta un 15 % más de lo habitual.

También es fácil ahorrar agua, adaptando ciertas costumbres muy sencillas como cerrar bien los grifos, no dejar correr el agua durante el cepillado de dientes o el afeitado, evitar tirar de la cadena del inodoro si no es necesario, lavar los platos llenando la pila de agua en vez de con el grifo, colocando reductores de caudal, entre muchos otros pequeños gestos que conducen a ahorrar más de 80 litros en algunas ocasiones.

Consejos para ahorrar en luz y agua

Es cierto que en veranos en los que el calor ataca diariamente, se opta por encender el aire acondicionado y mantenerlo a una muy baja temperatura para mayor refrigeración del espacio en el que se encuentre, pero esto es un error, ya que lo ideal es poner el termostato a 24ºC. Además, si la casa se ventila a primera hora de la mañana o, incluso, durante la noche, el aire que contenga será más frío. De esta forma, el inmueble refrescará de manera natural y no será necesario el gasto de energía.

Se puede ahorrar consumo en las cosas más impensables. Por ejemplo, si se utilizan colores claros para pintar las paredes y el techo, se aprovechará mejor la luz natural, que es gratuita y, además, no contamina. También es importante apagar las luces de aquellas habitaciones que no estén siendo utilizadas. Otro consejo, que ahorra hasta un 80 % más de energía, es sustituir las bombillas incandescentes por lámparas de bajo consumo, que si son electrónicas tendrán un menor consumo que las convencionales.