El director encargado de documentales como Page One: Un año en The New York Times y Ivory Tower, Andrew Rossi continúa en The First Monday in May con la metodología documental desplegada en ellos, así como en sus primeras obras, a través de un acercamiento observacional que tiene tanto de convencional en su planteamiento, y funcional en su resolución, como de certero y realmente acertado a la hora de acercarse al objeto para su documentación.
The First Monday in May se introduce en el Metropolitan Museum Art de Nueva York para mostrar la puesta en marcha de dos eventos que, aunque en un principio parecen ir por separado, acaban uniéndose. Por un lado la mítica celebración de la Gala del Met (en este caso la de 2015) para recaudar fondos para el museo y que, ese año, acabó convirtiéndose en la noche de inauguración del otro evento, y principal, que ocupa el documental de Rossi, la organización de 'China: Through The Looking Glass', la exposición de moda más visitada de la historia de The Costume Institute dentro del Met.
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Rossi a lo largo del documental, desdobla su mirada y muestra las dos diferentes tareas para, a su vez, lanzar una mirada sobre la unión entre moda y arte y la posibilidad de considerar aquella como éste, debate que viene de lejos y que tiene en el centro la pugna entre el considerado Gran Arte y las siempre subsidiarias artes aplicadas. The First Monday in May no logra en su arranque, cuando lo hace explícito, dar una respuesta adecuada a esa pregunta, por lo que decide hacerlo, o al menos plantearlo, a lo largo del resto del documental mediante los hechos, esto es, a través del relato de un proceso de organización de los eventos que ponen de relieve su complejidad en todos los aspectos. Rossi expone la interacción entre el mundo del arte y el de la moda para señalar los nexos de unión, la posible actuación conjunta para dar forma a una exposición cuyo desarrollo vamos viendo casi paso por paso, constatando la dificultad, tanto material (práctica) como conceptual (incluso ideológica). Salvando las distancias necesarias, Rossi se alza como un alumno aventajado, aunque en otro nivel y con otras intenciones, al gran Frederick Wiseman a la hora de ir hilvanando un discurso visual a partir de las imágenes sin necesidad de recurrir al comentario (aunque el montaje no sea nunca inocente).
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En The First Monday in May son dos las figuras principales. Por un lado, Anna Wintour –ya se sabe, ‘el Diablo vestido de Prada’-, directora artística de Condé Nast y editora jefe de la revista Vogue, presidenta de la Gala del Met y, por tanto, la encargada de su organización. Y, por otro lado, Andrew Bolton, el iconoclasta conservador que concibió el revolucionario espectáculo sobre la moda y China cuya gestación se alargó durante ocho meses. Son ellos quienes, a priori, monopolizan el protagonismo de una documental que, sin embargo, también nos muestra a directores como Wong Kar Wai o Baz Luhrmann, encargados de elementos visuales de la gala y de la exposición, así como a numerosos rostros conocidos del cine, la música, la moda como Kate Hudson, George Clooney, Julianne Moore, Jennifer Lawrence, Gong Li, Lady Gaga, Alicia Keyes, Kim Kardashian, Kanye West, Justin Bieber, Rihanna..., pueblan unas imágenes que pretenden más que una celebración de un logro, la puesta en marcha de la exposición, de la puesta a punto de su maquinaria interna, poniendo de relieve su funcionamiento para, a partir de ahí, sacar algunas conclusiones sobre el dispositivo montado.
Rossi entrega un documental lleno de energía e inteligencia a la hora de ir creando una narración que, en ocasiones, posee los contornos de la ficción. De hecho, lo llamativo es que el proceso de creación de la exposición acaba presentándose como algo casi orgánico, vivo, para, al final, ser una gran narración, un espectáculo, presentado ante el público. Formas espectaculares que poseen diferentes ramificaciones que The First Monday in May muestra de manera abierta, evitando el comentario, tan solo mostrando ese complejo proceso por el que se cuela, en gran medida, algunas cuestiones relativas a la construcción de la cultura en nuestra sociedad en esa confusión y compenetración entre el tema cultural y otros intereses crematísticos imposibles, al parecer, de soslayar.
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