La compañía catalana T de Teatre, que este año cumple 25 años y fundaron cinco mujeres, conoció al dramaturgo argentino Ciro Zorzoli cuando éste trajo a España su obra Estado de ira. Y siguiendo su exitosa estela de colaboraciones con dramaturgos como Alfredo Sanzol o Sergi Belbel, le propusieron trabajar juntos, y así nació Premios y castigos, hasta el 20 de noviembre en el Teatro de La Abadía. Se trata de una curiosa obra coral, metateatral, en la que un grupo de actores, con aires del circo del siglo XIX y una escenografía minimalista, practican un entrenamiento actoral, del que se extrapola una sátira sobre nuestro afán por la perfección, sobre el fracaso y sobre lo que cuesta ponerse en el lugar del otro. Para el autor, “en la sociedad actual hay una excesiva preocupación por no fracasar, por hacerlo todo perfecto. Ocurre también en el teatro, y esto puede conducir al miedo a arriesgar, a ser menos libre”. En la pieza, “el espectador encuentra un entrenamiento casi deportivo en el que unos actores practican una serie de rutinas y juegos para interpretar determinados personajes y situaciones”, y existe una intención metafórica en ello que sobrepasa el territorio del teatro, pretende reflejar la dificultad de meternos en la piel de otro, “sobre todo en una época tan individualista como esta que vivimos, llena de prejuicios con los nos tratamos unos a otros, que pueden pervertir las relaciones”. El humor es un buen canal conductor del mensaje, “la ironía que tiene como sello de identidad T de Teatre, y posibilita llevar algunas situaciones al absurdo y ayudar en estas reflexiones”. Zorzoli siempre se ha caracterizado por un teatro que prioriza la parte actoral, “valoro mucho la experiencia sensorial y física del teatro. Creo que el texto es la consecuencia de esta experiencia”. La relación con los actores T de Teatre en Premios y castigos, una coproducción de La Abadía con el Teatro Lliure y el Grec 2015 Festival de Barcelona, fue, de hecho, recíproca, ambos se retroalimentaron, “fue un trabajo conjunto en el que yo bebí de lo que iban experimentando en los ensayos, de que ellos se lanzaran al vacío de la incertidumbre como zona de trabajo”.