Muchas personas que sufren Mobbing piensan que la culpa es de ellas. Creen que deberían hacer o haber hecho algo para evitarlo. Se sienten mal por pensar que si hubiesen tenido los recursos adecuados, no les habría sucedido. Así además de sufrir una situación calificada psicológicamente de estrés postraumático con todas las secuelas que ello implica, su autoestima sale muy dañada por creer que a lo mejor “algo, o mucho” han tenido que ver en el asunto para que les haya sucedido una cosa así. En muchos casos las personas que sufren Mobbing lejos de verse como víctimas, se ven como los auténticos culpables de la situación.


Evidencias de Mobbing
Estas prácticas pretenden que la persona se vaya por sí misma de la organización.
Algunas de estas formas son:
- Como si no existieras. Te hacen el vacio. No cuentan contigo. Te excluyen de reuniones importantes e información básica para tu puesto.
-Te ponen a hacer trabajos de poca monta, muy por debajo de tu capacidad profesional.
- Tratan de ridiculizarte o vejarte a través de gritos, risas y comentarios peyorativos, insultos...
- Sufres amenazas o coacciones. También acoso sexual.
- Te dejan fuera de cursos o formación útiles para una futura promoción profesional.
- Hablan mal de ti a clientes u otros jefes de la organización. A menudo te asignan errores que no son tuyos.
- Violan tu intimidad contando cosas tuyas personales

¿Quienes practican el Mobbing?
Las personas que lo practican no disponen de la facilidad de despedir directamente a la persona, ya que si no lo harían y por eso intentan que la víctima por si sola se autoexcluya. Los acosadores suelen ser personas bastante mediocres que temen que la víctima les haga sombra en su trabajo. Así casi siempre los celos o envidias suelen ser los desencadenantes del inicio de estas prácticas. Las víctimas normalmente son más brillantes o eficaces y el acosador cree que amenazan su trabajo. En otras ocasiones la víctima es un obstáculo para conseguir lo que quieren.

Estrés postraumático
Por desgracia, el acoso continuado tiene consecuencias parecidas a las de cualquier caso de estrés postraumático ya sea una violación, una catástrofe natural, un atraco a mano armada, un accidente grave... La diferencia a peor, es que los casos citados anteriormente suelen tratarse de sólo un episodio, mientras que en el mobbing se producen reiteradas amenazas durante el tiempo, por lo que la persona se 'retraumatiza' una y otra vez. El daño además continua mucho tiempo después de que haya cesado el acoso. (A veces, incluso, durante años después). Como consecuencia se destruye la seguridad interna del ser humano, haciendo que tengan grandes dificultades en distinguir situaciones fiables de las que no lo son, percibiendo la mayor parte de las circunstancias como inseguras.

Los cómplices del Mobbing
Por desgracia hay muchas personas que percibiendo claramente la realidad de un acoso prefieren mirar para otro lado. Creen que así salvaguardan su puesto de trabajo. Así la soledad y la indefensión de la víctima son mucho mayores. Sin los encubridores, la persona que sufre acoso podría tener una oportunidad de contrarrestar el daño, pero el ver que sus propios compañeros a pesar de observar la situación la encubren, hacen que la víctima dude de sí misma y de lo que está sufriendo contribuyendo a su destrucción total.

Grandes secuelas
Las consecuencias del mobbing suelen ser insomnio, ideas negativas sobre el futuro, baja autoestima, depresión, problemas de memoria y concentración, ansiedad... También presentan causas físicas como lumbalgias, dolores digestivos, hipertensión, cansancio general, migrañas...

Alteración constante
Las personas que han sufrido acoso laboral se encuentran en permanente estado de alteración e irritabilidad fruto de que ya no se sienten seguras en ninguna parte. Algunas víctimas incluso sienten que ellas tenían fuerza suficiente como para afrontar el acoso. Cuando constatan que eso no ha sido así, porque defenderse es extremadamente difícil, piensan que no valen para nada y que los recursos que creían tener…. en realidad no eran suficientes, destruyendo toda su imagen y competencia personal y profesional.

Desculpabilizar
La terapia con una persona que ha sufrido mobbing pasa por descargarla de culpa. A veces familiares o amigos con su mejor intención (no habiendo sufrido acoso) creen que si les pasara a ellos podrían haberlo hecho mejor, cuando en ningún caso es así. Esto lleva a aconsejar a la víctima que quizás haya algún elemento de su personalidad que haya permitido esto. Lo que hace que la víctima piense más que es un problema suyo, que una agresión. Las posibilidades de librarse (del daño) de un acoso de un superior son bajísimas. Si es un grupo el que ejerce el Mobbing son prácticamente nulas.

Entender que el acoso es una brutal agresión y que en ningún caso es culpa de la víctima es el primer paso para la curación

Francisco Menjón es miembro de Anagnor Psicólogos. www.anagnor.com