Nuevos descubrimientos dinamizan la búsqueda de los genes relacionados con la enfermedad mental. Un estudio publicado en la revista Nature, dirigido por el genetista Jonathan Flint de la universidad de Oxford, Reino Unido muestra los dos primeros marcadores genéticos reproducibles vinculados a un trastorno depresivo mayor, una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial.

DepresiónEl hallazgo podría conducir a los biólogos al descubrimiento de nuevos medicamentos, y ser usado para ayudar al diagnóstico en el futuro. Lo importante es que los marcadores han sido descubiertos. El análisis de 5.303 personas con depresión ha sido la clave. Los resultados pueden poner fin a años de debate sobre si las secuencias para un trastorno tan complejo se podían encontrar; el estudio del genetista de Oxford puede servir como marco para futuros intentos de recoger datos de decenas de miles de personas.

Según el estudio que publica la revista científica, los síntomas y la gravedad del trastorno puede variar ampliamente de una persona a otra y, en particular, entre hombres y mujeres. Esto significa que distintos condicionantes y diferentes síntomas han sido agrupados lo que complica los análisis genéticos.

La falta de éxito de los primeros estudios que trataban de encontrar secuencias genéticas relacionadas con la depresión llevó a los investigadores a hacer el estudio en China, debido a su gran población y a que la depresión se cree que es infra-diagnosticada allí. Para reducir la variabilidad aún más, el equipo también limita el estudio a las mujeres de la etnia china Han.

Depresión, formas y causasA principios de 2014, un equipo de colaboradores analizó las secuencias de ADN de 5.303 mujeres chinas con depresión, y otros 5.337 controles. El 85% de las mujeres deprimidas tenían una forma grave de la enfermedad llamada melancolía, lo que priva a las personas de la capacidad de sentir alegría. El análisis iluminó dos secuencias genéticas que parecían estar vinculadas a la depresión: una en un segmento de ADN que codifica para una enzima cuya función no se entienden completamente, y el otro lado del gen SIRT1, que es importante para las estructuras celulares que producen energía llamadas mitocondrias. Las correlaciones fueron confirmadas en otro conjunto de más de 3.000 hombres y mujeres deprimidas y más de 3.000 controles.

La conexión mitocondrial concuerda con trabajos previos, incluidos algunos del laboratorio del genetista inglés, que ha vinculado alteraciones mitocondriales a la depresión. A la luz de los resultados de Flint, el grupo, que se compone de investigadores que están de acuerdo para poner en común los datos genéticos, está ahora investigando si limitar el análisis a las personas con depresión particularmente severa que podría cambiar las cosas. Estamos al principio de este descubrimiento y en los próximos cinco años se necesitan más muestras antes de que surjan otros vínculos genéticos que puedan colaborar a la investigación farmacológica y de prevención.

Ver: http://www.nature.com/news/first-robust-genetic-links-to-depression-emerge-1.17979