La mayoría de la investigación sobre la evolución social y cognitiva de los  humanos se concentró en nuestros parientes primates más cercanos. Sin embargo en nuestro entorno estaba un animal de clara convergencia evolutiva. Inspirados por los psicólogos del desarrollo que estudian los bebés humanos, psicólogos comparativos comenzaron a estudiar los perros de la familia. Pronto se hizo evidente que los perros tienen mucho más que decirnos acerca de la cognición y de nosotros mismos, de lo que muchos podrían haber imaginado

Perros y niñosEsto es particularmente cierto cuando se trata de cómo los perros entienden el mundo social. Incluso cuando son cachorros, los perros responden espontáneamente a los gestos humanos de cooperación, como las señales que apuntan, para encontrar comida o juguetes, recompensas ocultas. Por el contrario, los grandes simios deben tener amplia experiencia con la gente para mostrar habilidades similares. Este uso de las señales sociales se extiende a una amplia gama de gestos, incluyendo la dirección de la mirada e incluso el uso de marcadores comunicativos arbitrarios. Tales capacidades proporcionan a los humanos, con una base social para el aprendizaje de palabras, otra área en la que los perros han sido sorprendentemente hábiles. Aunque parezca increíble, la atención de los perros a la información social no sólo conduce a la resolución de problemas, sino también a los mismos errores, medidos socialmente, que cometen los niños pequeños. Por ejemplo, los perros y los niños son propensos a interpretar el contacto visual como comunicativo, incluso en contextos que no lo es. Por lo tanto, los perros exhiben muchas de las mismas flexibilidades cognitivas y prejuicios que caracterizan nuestra propia especie.

Hay un cierto mimetismo entre perro y niño Hay un cierto mimetismo entre perro y niño



Estas son algunas de las conclusiones de un estudio japonés, dirigido por el profesor Takefumi Kikusui del Departamento de Ciencia Animal y Biotecnología de la Universidad Azabu, publicado en la revista Science, del que hemos dado algunos datos en informaciones anteriores.  Si la psicología del perro fue formada por la domesticación, ¿qué mecanismos biológicos fueron afectados? ¿Cómo estos mecanismos hacen posible una relación entre especies que es un éxito sorprendente desde una perspectiva evolutiva? La oxitocina neuropéptido larga ha sido conocida por su papel en el comportamiento social de afiliación, y la formación de enlaces entre los miembros de una especie. Pero ¿puede facilitar la oxitocina relaciones sociales entre las especies? Las comparaciones de los seres humanos y los perros antes y después de que interactúan entre sí han puesto de manifiesto notables aumentos de la oxitocina en circulación, así como las endorfinas, dopamina, y la prolactina, en ambas especies. Además, la administración exógena de oxitocina hace que los perros, para iniciar el contacto más social con otros perros y seres humanos, sintonicen las señales sociales humanas aún más fielmente. Estos hallazgos sugieren no sólo un efecto de la oxitocina entre especies, sino también la posibilidad emocionante de un bucle de retroalimentación, es decir, los cambios en la concentración de oxitocina en un perro pueden provocar cambios similares en un ser humano, y viceversa.