Los críticos de la ingeniería genética se han preocupado mucho por el riesgo de que los organismos vivos modificados se escapen al medio ambiente. Los países no han conseguido ponerse de acuerdo sobre el uso de este avance científico en la agricultura y muchos son críticos con la utilización de estas técnicas en la medicina.

Ingeniería genetica-

Esta semana en la revista científica Nature se describe una estrategia de contención biológica con posibilidades de desechar algunos temores y preparar el camino para un mayor uso de organismos manipulados en áreas como la agricultura, la medicina y la limpieza del medio ambiente.

Dos equipos estadounidenses han producido (GM) bacterias modificadas genéticamente que dependen de un bloque de construcción de proteínas -un aminoácido- que no se da en la naturaleza. Las bacterias crecen en el laboratorio, sólidamente, siempre que el aminoácido no natural se incluye en su dieta. En varios experimentos con 100 mil millones o más células que duran hasta 20 días no revelaron un solo microbio capaz de sobrevivir en ausencia del suplemento artificial.

"Nuestras cepas, en la medida que podamos probarlos, no escaparán", dice Dan Mandell, biólogo sintético en la Escuela de Medicina de Harvard en Boston, Massachusetts, autor de uno de los dos estudios que describen la estrategia.

El código químico de la vida El código químico de la vida



Los microbios no intercambian su ADN diseñado con contrapartes naturales porque ya no hablan el lenguaje bioquímico compartido de la vida. "El establecimiento de la seguridad en el primer momento va a permitir un uso amplio y abierto de organismos manipulados", dice Farren Isaacs, biólogo sintético en la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut, quien dirigió el otro estudio.

Biocontención podría proporcionar mayor seguridad en la producción biológica de drogas o combustibles, en los que los microbios pueden mantenerse separados de su entorno. Pero las bacterias modificadas también pueden permitir una liberación controlada en el cuerpo humano o el medio ambiente.

En definitiva, lo que nos dicen los dos equipos de científicos que están trabajando en la seguridad de la ingeniería genética es que han encontrado la forma de reducir los riesgos y controlar los efectos no queridos de la ingeniería genética. A partir de ahora, los  avances de la biotecnología, bacterias modificadas genéticamente por científicos ya son capaces de producir combustibles, plásticos, insulina para diabéticos, hormonas del crecimiento, antibióticos e incluso vacunas, controlando los riesgos.